El incendio forestal declarado en Vilamarxant, hacia las 16,30 horas de ayer, permanecía sin control al cierre de esta edición y ya se había extendido por los términos municipales de Benaguasil y Pedralba, además de Vilamarxant. Tal como explicó a Levante-EMV, el alcalde de Vilamarxant, Vicent Betoret, el fuego se inició en una zona de cañar situada entre su pueblo y Pedralba, y rápidamente saltó el río Turia y entró en término de Pedralba, donde ayer a las 22,30 horas, se centraba el foco principal del siniestro. El siniestro provocó el desvío de siete vuelos del aeropuerto de Manises por hallarse esta zona en la ruta de aproximación a la cabecera de la pista. Además, afectó al paraje natural de la Pea, en el Parc Natural del Turia, y obligó a desalojar decenas de viviendas y personas.

Betoret señaló a este periódico, hacia las 22 horas, que un frente de las llamas avanzaba desde Pedralba hacia el término de Llíria mientras que otro discurría dentro de Pedralba hacia el casco urbano, pero sin llegar a afectarlo. Como medida preventiva el también diputado autonómico explicó que antes de caer la noche se decidió evacuar unas 50 viviendas de Vilamarxant y otras tantas de Pedralba para hacer esta operación con menos dificultades que durante la noche cerrada y sin luz.

Las personas evacuadas que no tenían adonde ir pudieron alojarse en el campamento de emergencia de Cruz Roja, instalado en el edificio multiusos de Vilamarxant, con capacidad para 50 plazas. Uno de los aspectos más graves de este siniestro, aparte de su carácter intencionado, según apuntan las sospechas de las autoridades, es que ha afectado al paraje de la Pea, en la localidad valenciana de Benaguasil, enclavado en el Parc Natural del Túria. De hecho, en la misma zona, ya en 2006 y en 2008 se registraron gravísimos incendios atribuidos a la acción de un posible pirómano.

De hecho, en Vilamarxant los bomberos encontraron tres focos diferentes, y en los otros dos municipios también hallaron algunos más. Hasta la zona afectada se desplazaron un total de once medios aéreos, brigadas y autobombas forestales, una dotación de bomberos de coordinación forestal y cuatro brigadas de la empresa pública de la Diputación de Valencia Imelsa, según el Consorcio.

Por ende, conforme se complicaban las tareas de extinción, el Gobierno decidió enviar a las 21,37 horas, la Unidad Militar de Emergencias que tenía previsto trabajar durante toda la noche en la zona. Fuentes de la Conselleria de Gobernación confirmaron que los medios aéreos de extinción iban a retirarse al anochecer mientras los terrestres continuarían con los trabajos para sofocar las llamas a pie de monte.

Los alcaldes implicados advirtieron durante la tarde de ayer a la Conselleria de Gobernación de las dificultades que tenía el primer foco, el originado en el cañar de Vilamarxant, para atacarlo. No en vano, según Betoret se trató de apagarlo con una brigada helitransportada sin éxito, en un primer momento, y luego, lo escarpado del terreno, dificultó mucho el acceso a los brigadistas y bomberos.

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