La Promotora Coblanca de Benidorm apostó por la internacionalización de su negocio hace dos años como fórmula para sortear la prolongada crisis del ladrillo que atenaza al sector de la construcción desde 2008. En breve plazo culminó su primer paso obteniendo su emplazamiento en Colombia, constituyendo allí la sociedad Coblanca S.A.S.

Al año siguiente, el Director General de Coblanca, Isidro Bononat, redobló su apuesta y puso el punto de mira en el Golfo Pérsico, en concreto en Catar. El 12 de agosto culminó su iniciativa al constituir la sociedad OBGC con el grupo qatarí de la familia Bin Laden para construir durante los próximos 20 años en el país árabe.

Pero la culminación de este objetivo ha sido fruto de una unión perfecta. En este proyecto la familia Bononat va de la mano de la familia asturiana Feito Rico. El director general de Coblanca resalta que ha sido una colaboración ideal. «La familia Feito Rico ha aportado sus contactos con los Bin Laden y nosotros hemos aportado la experiencia y solvencia para afrontar los proyectos que plantea el grupo Bin Laden», explica. «Sin Feito Rico, Coblanca no estaría en Catar, y viceversa», añade.

En este apartado de las colaboraciones, Bononat pone el acento en la firma ilicitana Alzia Group, «cuyos expertos ofrecen apoyo a la implantación, al cierre de alianzas y al desarrollo de negocio en Catar» Bononat destaca cinco conceptos que han tenido que poner sobre la mesa, la laboriosidad y complejidad que ha encerrado todo el proceso de negociación con el gigante árabe de la construcción: «Experiencia, solvencia, internacionalización, presencia y paciencia». Bononat insiste en el último vocablo, derivado de acervo cultural del interlocutor al que tenían que convencer de la mutua conveniencia en el hecho de constituir la sociedad.

El empresario señala que el primer objetivo de OBGC es la realización de proyectos adjudicados y de futuras licitaciones del grupo Ben Laden en Catar, «un país con un potencial inmenso en materia de construcción», puntualiza. El empresario lo es desde que nace hasta que muere y al efecto añade que «en el futuro y, a medida que se consolide la confianza y seguridad mutua entre los socios, la meta común es trasladar la actividad a los países aledaños a Catar».

Una infancia traumática

El tercer protagonista de esta alianza, un paradigma más de la globalización de la economía en este arranque del siglo XXI, es el empresario saudí Omar Ben Laden, de 32 años y cuarto hijo de los 19 que tuvo Osama Ben Laden, el fallecido terrorista fundador de Al Qaeda. Omar Ben Laden es el representante de la rama de la construcción del holding de la familia Ben Laden, la segunda fortuna de Arabia Saudí.

Omar Ben Laden visitó Asturias en septiembre de 2012. En una entrevista publicada por el periódico La Nueva España, del mismo grupo que Levante-EMV, desveló su propósito: captar socios para aprovechar el ambicioso programa urbanístico del gobierno catarí que se ha marcado el horizonte 2030 para renovar su escena urbana e infraestructuras. Entre sus múltiples contactos con hombres de negocios de Asturias, incluyó una reunión con los hermanos Feito Rico. En la entrevista, el empresario pasó de puntillas sobre la relación con su padre. Pero en el libro «Creciendo como un Ben Laden», editado en 2009, Omar revela que mantuvo una relación de amor-odio con su progenitor. Recuerda a su padre como un hombre frío. En su infancia no disfrutó de juguetes y hasta incluso estaba vetado bromear. Este severo ambiente, confiesa, le traumatizó.