Se llama Pello, apenas tiene unos meses y es todo un superviviente. Padece siete fracturas y un neumotórax que lo han tenido al borde de la muerte después de que el 27 de agosto un metro lo arrollase a la altura de Meliana. Allí pasó casi todo el día, con el cuerpo desvencijado, a pleno sol y soportando el paso de un convoy tras otro sobre su cabeza. Nadie se encargó de asistirlo pese a que hubo quien avisó a la Guardia Civil y a la Policía Local porque, probablemente, sólo se trataba de un gato. Hoy, lucha por su vida en una clínica de Silla a la que lo trasladaron voluntarios de la Sociedad Valenciana Protectora de Animales y Plantas (Svpap).

"Llegó destrozado, con un pata prácticamente colgando de un hilo y un estado general muy malo", cuenta Jorge, uno de los veterinarios que lo atiende. Ya ha sido sometido a varias cirugías y, pese a que ha pasado diez días internado en el hospital veterinario de Silla, aún le queda al menos otro mes y medio más que estar allí.La clínica colabora con la Svpap pero, pese a esa ayuda, las pruebas y el material que ha necesitado Pello (que cada día mejora un poco más) supondrán un desembolso de al menos 1.500 euros, un dinero que la Protectora no tiene. Por eso, ha decidido poner en marcha una campaña de colaboración que le permita sufragar la recuperación del felino gracias a los donativos ciudadanos.

Todo ocurrió en la mañana del pasado 27 de agosto, cuando un metro arrolló al animal. Pello quedó muy malherido y tendido sobre las vías, sin poder moverse. El conductor de un convoy se percató de la presencia del gato y del mal estado en que se encontraba, así que inmediatamente dio parte de lo que sucedía a la Svpap.

La Protectora comenzó entonces a realizar gestiones para intentar rescatar al animal. "Llamamos a la Guardia Civil y a la Policía Local de Meliana para decirles que había un gato atropellado, pero vivo, sobre las vías del metro", cuenta Teresa Canales, presidenta de la organización. Como respuesta, únicamente recibieron un "muy bien, tomamos nota señora", relata indignada y, "por supuesto, nadie se acercó por allí". Mientras tanto, el conductor del metro que les había avisado "nos enviaba mensajes cada vez que pasaba" por allí para indicarles el estado del animal ("sigue vivo; mueve la cabeza; no puede ni dar un paso", etc). Ante "la falta de respuesta de la administración", la Svpap decidió actuar por su cuenta y envió gente al lugar. Ya por la tarde unos voluntarios se acercaron y consiguieron localizar a Pello.