Los últimas pedidos de "Meló d´Or" realizadas en la sección hortofrutícola de la cooperativa de Ontinyent han agotado las reservas que quedaban de esta fruta, la producción de la cual se ha visto reducida en un 70% por la tormenta de granizo registrada el pasado 28 de agosto en La Vall d'Albaida.

En concreto, estas últimas peticiones han sido las de los reconocidos chefs Carme Ruscalleda del Restaurante Sant Pau de Barcelona, con tres estrellas de la Guía Michelín; y Bernd Knoller, del restaurante Riff de Valencia, ganador del premio al mejor libro de cocina del mundo en la XVIII Gourmand World Cookbook Awards 2012 de París, un volumen que contó con las fotografías del ontinyentí Xavier Mollà. Ambos han podido elaborar diversos platos con una primera remesa de melones, han pedido una segunda, y con ella se ha dado por agotadas las reservas de un producto que ha visto reducida su producción en un 70% por la referida tormenta, que se produjo en plena campaña de recogida y que dejó inaprovechables 35.000 de los 50.000 kilos previstos por los 7 productores con que se ha contado en este segundo año de campaña.

El Concejal de Agricultura, Fran Quesada, destacaba que la situación vivida este año con la tormenta "no será obstáculo para que sigamos trabajando por un proyecto ilusionante con el que esperamos seguir contando con la implicación y el trabajo de toda la gente que se ha mostrado entusiasmada con el Melón de Oro de Ontinyent", señalaba.

En este sentido, Quesada tenía palabras de agradecimiento para la Cooperativa de Ontinyent, "que ha creado una sección hortofrutícola y dado muchas facilidades para la difusión del producto"; para los comercios tradicionales "que han apostado desde siempre por el producto, han mantenido la semilla y ahora siguen volcados con el Meló d´Or", a la asociación de hosteleros AHVAL "por el interés mostrado por sus restaurantes adheridos", a la heladería la Ibense "por su helado de Meló d´Or que tanto éxito ha tenido", al horno de la Ermiteta "por su fantástica confitura de Meló d´Or"; y a todos los agricultores y particulares "que de forma desinteresada apuestan por un producto tradicional, de proximidad, y por un modelo cooperativista donde la dignificación de la tarea de labrador y la comercialización sostenible y justa tienen la máxima importancia", destacaba el concejal.