El cup o lagar ya era utilizado en tiempo de los romanos de forma habitual por los agricultores para el pisado de la uva, según afirmó Jaime Giner, bodeguero y director el Museo del Vino de Xaló. «Este recipiente donde se pisa la uva para obtener el mosto está aún presente en muchos de los hogares de nuestra comarca. La utilización para la que se presta hoy en día el cup está dirigida principalmente a la elaboración artesanal», exponía este gran conocedor del mundo vinitícola.

Giner señaló que «con la fermentación de la uva se desprende calor y anhídrido carbónico, que por su alta concentración en la parte baja del recipiente se debe trabajar con mucha precaución».

El bodeguero recordó que «el agricultor es conocedor de esto y sabe que este tipo de gas pesa más que el oxigeno y se halla en la parte inferior del lagar, del mismo modo que sabe que los síntomas principales son el enrojecimiento de ojos, mareos, náuseas y el más peligroso como es la pérdida del equilibrio. Precisamente esta pérdida de equilibrio es la causa principal de los accidentes que terminan en fallecimientos».