El contrato fue adjudicado en el mes de abril por 6.755 euros (IVA incluido) pero la faena no se ha llevado a cabo hasta estos días. La empresa adjudicataria tiene encomendado el lijado y saneado del trinquete, el mastelero y la mesana, además del parcheado de grietas con distintos productos, con un plazo de ejecución de 15 días. La singladura de esta embarcación, que permanece amarrada a puerto desde su construcción, ha sido de lo más singular. En 1999 el Ayuntamiento adquirió el barco original llamado Pascual Flores, que había sido construido en Torrevieja a principios del siglo XX, para recuperar la nave por su valor histórico para la ciudad, pero pocos años después tuvo que descartar su rehabilitación ante el mal estado del buque, y optar por una espectacular réplica de nueva construcción que solo conservó del original su nombre. Es un proyecto municipal valorado en 4,6 millones. La nave lleva ya varios años en el muelle del puerto pesquero como una pieza más de los museos flotantes. Nunca ha navegado y el Ayuntamiento no permite las visitas. Sólo se puede contemplar desde el exterior.

El anterior alcalde, Pedro Hernández, concibió este proyecto como el futuro buque escuela de la Generalitat, según un protocolo de intenciones firmado en 2004 con el entonces presidente del Consell, Francisco Camps. Así, navegaría llevando el nombre de Torrevieja por otros puertos. Pero el protocolo no llegó a formalizarse y, a día de hoy, cinco años después de terminarse su construcción, han caducado todos sus permisos de navegación.