La consolidación del castillo de Torres Torres, que lleva años en estado de ruina, costará 1.110.377 euros. Así aparece en la memoria valorada que el ayuntamiento ha presentado a la Diputación de Valencia con el objetivo de que se haga cargo de parte del gasto y permita iniciar una nueva época en un recinto cerrado a las visitas desde hace años debido a su mal estado y al riesgo de desprendimientos. El proyecto también ha sido remitido al Ministerio de Cultura para optar a ayudas del 1% cultural, dada la imposibilidad económica del consistorio para asumir en solitario la actuación.

El documento divide en varias fases la intervención en el monumento para facilitar su financiación, según ha revelado a Levante-EMV el alcalde, Alfonso Guillem.

La primera de ellas es la fase de excavación, que el consistorio pretende sacar a licitación cuanto antes, después del compromiso económico adquirido por el vicepresidente de la diputación, Juan José Medina, en su visita a la localidad para la inauguración de la plaza Gran Valencia a finales del pasado mes. «Medina se comprometió públicamente y espero que cumple lo acordado», comentaba el mandatario local.

Además, en esta visita, el vicepresidente Medina anunció al alcalde que la primera dotación presupuestaria se haría efectiva este año. «Me dijo que contaríamos para 2013 con la dotación económica necesaria para iniciar las excavaciones y espero tenerla antes de que finalice el año», insistía Alfonso Guillem.

De hecho, en caso de no lograr la ayuda del 1% cultural, se prevé intervenir de igual modo en el Castillo con las ayudas de la diputación para así, al menos, frenar el deterioro del monumento.

Para esta primera fase, existe el compromiso de la diputación de subvencionar con 60.000 euros los trabajos arqueológicos, con los que se pretende determinar el número de torres de las que constaba el castillo, además de los niveles y altura de cada una de ellas. «El paso del tiempo ha ido derribando las torres y realmente se desconocen sus dimensiones», explicaba el alcalde.

En la actualidad, y debido al deterioro progresivo que ha sufrido este castillo, sólo quedan tres de las cuatro que presuntamente existían: La principal conocida como torre del homenaje y dos más, cuyo desgaste se hace patente, pero nada queda en pie de la posible cuarta.

Aunque el monumento fue parcialmente remodelado durante las Guerras Carlistas como fortaleza para artillería, época de la que son visibles todavía las aspilleras desde las que se disparaba, los 180 años transcurridos desde aquel momento han pasado factura a esta fortaleza que pide a gritos una intervención, que ya se viene reivindicando desde hace más de una década por el consistorio.

Castillo utilizado por El Cid

Esta primera fase de excavación también permitirá datar la construcción de este castillo, de forma poligonal, del que se conoce su origen musulmán y que es anterior a 1088, fecha en la que El Cid, durante su viaje de Burgos a Valencia, lo utilizó de campamento en la batalla por defender los intereses de Castilla y tras su reconciliación con el rey Alfonso VI.

Además, los trabajos permitirán ofrecer más datos sobre los restos encontrados con anterioridad de asentamiento íberos y romanos y sobre las edificaciones auxiliares, aljibes y los lienzos de muralla.

Tras las excavaciones, la finalidad es poder restaurarlo y colocar paneles informativos que cuenten su historia como la conquista a manos de Jaume I quien más tarde donó «la Baronía de Torres Torres» en 1271 al caballero Beltrán de Bellpuig, junto con otras poblaciones vecinas como Serra.