El PSPV de Riba-roja de Túria alertó ayer de una fuga de líquidos lixiviados en el antiguo vertedero de Basseta Blanca, cerrado desde 1996. Las lluvias caidas en septiembre han hecho aflorar corrientes de esta sustancia producidas por las casi tres toneladas de la basura vertida por los municipios del área metropolitana de Valencia entre 1986 y 1996. Los socialistas de Riba-roja denunciaron "el peligro que supone para el ecosistema del término municipal la fuga de líquidos lixiviados", que según el PSPV, "contienen un elevado número de elementos contaminantes y nocivos para la salud y que se filtran por el suelo hasta afectar a acuíferos y zonas de riego. Además, estos lixiviados que se generan en el vertedero están sin tratar y sin ningún tipo de control municipal".

El portavoz del PSPV de Riba-roja, Robert Raga, calificó de "preocupante" la situación creada y culpó al alcalde Francisco Tarazona de abandonar este antiguo vertedero. "A lo largo de los 18 años de gobierno del Partido Popular no han movido un dedo para restaurar y rehabilitar la zona a pesar del enorme riesgo que supone para la salud de las personas y para el entorno ambiental". Raga señaló que la instalación se encuentra a menos de 2.000 metros de zonas residenciales del entorno, lo que contradice "las directrices que marca la ley de residuos valenciana aprobada en el año 2000. La distancia entre el vertedero y la zona habitada próxima no supera los 400 metros, lo que supone un peligro para su salud que con el paso de los años aumenta notablemente ante la inoperancia del ayuntamiento".

El PSPV recuerda que el vertedero no está vallado y que se puede acceder al interior del mismo y manipular los residuos, algunos de los cuales procedían de hospitales valencianos que en su momento no fueron tratados según los criterios ambientales y sanitarios.