Trini Reyes todavía era una niña cuando dejó boquiabierto al selecto público que frecuentaba el club El Chico, en el barrio del Village de Nueva York. Bailaba como una diosa. Su danza española era sensual, casi hipnótica. El empresario Ángel López, de origen gallego, la descubrió allí y la fichó para la sala Havanna-Madrid, una de las más importantes del Broadway de los años 50. Trini tenía entonces 16 años y resplandecía como la estrella que luego fue.

Pero sus orígenes eran humildes. Sus padres, como tantos otros vecinos de la Marina Alta, emigraron a EE UU a comienzos del siglo XX. Dejaron atrás un pequeño pueblo, Ondara. Antonio Terentí Soldevilla llegó a Nueva York el 30 de marzo de 1920 y Mª Josefa Seguí Camarena, el 8 de junio. Se conocían de Ondara, pero se enamoraron y se casaron en la ciudad de los rascacielos. En 1930 nació su hija Josefa Terentí Seguí, que, apasionada del baile desde pequeña, adoptaría, cuando le llegó la fama, el nombre artístico de Trini Reyes.

Trini tiene ahora 83 años y vive en Benidorm. Siempre ha estado muy ligada a Ondara. El próximo 5 de noviembre ha confirmado que volverá al pueblo de sus padres. Se le hará un homenaje al tiempo que se presenta el libro D'Ondara a Broadway: L'excepcionalitat de Trini Reyes, del escritor y periodista Jovi Lozano.

Vicent Ortuño, que ese día presenta también el libro Fent les Amèriques (con estos trabajos la Associació Cultura Ocell rescata la historia de vecinos que han dejado impronta), afirmó ayer a este diario que Trini le confesó sentirse un poco abrumada por ese homenaje. "Ella es muy modesta y un poco tímida", dijo Ortuño de una artista que, en los años dorados de Broadway, se codeó con los más grandes.

Trini Reyes llegó a ir de gira con los Hermanos Marx. Actuó en las salas más importantes de EE UU y de Cuba, incluido el mítico Tropicana. La llamaron aprisa y corriendo para sustituir en Sant Louis a Frank Sinatra, quien no estaba para nada tras romper con Ava Gardner.

Trini, explica Ortuño, siempre recuerda que en su casa de Nueva York se hablaba en valenciano. De ahí que cuando actuó con la orquesta de Xavier Cugat le fuera tan sencillo entenderse con él; cada uno hablaba la lengua de su tierra.