El arranque de la campaña citrícola en la Ribera ha vuelto a llenar de pesadumbre al sector. Transcurrido ya prácticamente un mes de una temporada que se alargará hasta las puertas del verano, la campaña está resultando floja, con una fruta de escaso calibre, poco color y precios forzados a la baja, según reconocieron ayer desde la Cooperativa de Algemesí, Copal, la mayor productora de cítricos de España sin contar a las empresas privadas.

Las altas temperaturas y las escasas precipitaciones de los últimos meses han dejado una fruta, -naranja, satsuma o clementina- de calibre deficiente en prácticamente todas las variedades de cítricos, y muy lejos de lo que demanda la gran distribución. "Si no llueve, la fruta no tiene presencia, no se vende y eso repercute en los precios a la baja", resumen los técnicos de la Copal de Algemesí.

Por ello, las previsiones apuntan a que una parte importante de la cosecha se quedará este año por debajo de los calibres mínimos que reclama el mercado, una situación que ha afectado a todas las comarcas valencianas e incluso a otras territorios de España y que viene condicionada por la meteorología y la escasez de lluvias. "El precio ha comenzado como el año pasado, sólo es un poco superior en clementina, pero aún es pronto, si llueve, aún dará tiempo a que el calibre mejore y se note a mediados de noviembre", aseguran desde la entidad agrícola, que cuenta con unos 5.000 socios.

Pese a la incertidumbre que provoca el inicio de campaña, este hecho ya no supone una novedad para los productores porque el mal inicio se arrastra de años anteriores, aunque esta campaña incluso se ha agravado.

Según las previsiones que maneja la Copal durante la campaña se recolectarán unas 120.000 toneladas de cítricos, una cifra que se sitúa incluso por encima de campañas precedentes.

Reducción de la fruta de hueso

Respecto al auge del cultivo del caqui en la Ribera, los técnicos señalan que se mantiene un aumento exponencial de la superficie cultivada de esta fruta, cuyo apogeo ha provocado la merma de cultivos de cítricos, aunque la caída más espectacular por el avance del caqui se ha producido en la fruta de hueso, que ha experimentado "una reducción espectacular" en melocotón o nectarina, variedades que "dan mucho trabajo y que al final no permiten recuperar la inversión, mientras que el caqui da poco trabajo y resulta muy rentable", señalan desde la cooperativa de Algemesí.