Después de semanas de conflicto entre el sacerdote de Beniparrell „que también presta servicio en una parroquia de Albal„ y su feligresía, a cuenta de los pagos del cementerio, que ha obligado a intervenir a ambos alcaldes ante el Arzobispado, de nuevo este cura volvió a estar ayer en el centro de la polémica, y en una fecha tan señalada como el día de Todos los Santos. La tradicional misa en el camposanto que se realizaba todos los años, como en la mayoría de municipios, especialmente si el recinto es de la iglesia, fue suprimida en esta ocasión por el párroco y se celebró en el templo del casco urbano.

Según explicaron ayer los vecinos, el sacerdote ya lo había avisado en una de las homilías de los días previos. «Dijo que como la gente no pagaba y como se estaba montando tanta polémica y se le estaba criticando tanto, que este año no había misa en el cementerio», coincidieron ayer en señalar varios vecinos.

De este modo, las familias acudieron al camposanto a visitar y recordar a sus difuntos, sin celebración religiosa. Para algunos, «esto es la gota que colma el vaso de las actuaciones de este cura, que está haciendo mucho daño». Otros vecinos acudieron como todos los años y se sorprendieron de que no hubiera celebración, ya que no se habían enterado de la decisión del sacerdote. También hubo quien pensó que «es mucho mejor» porque «sería muy gordo que las cosas que dice en la iglesia y algunas tonterías que hace las dijera junto a los féretros». Estos vecinos consideraron que «algunas familias podrían ofenderse y esto es un tema muy delicado».

La polémica estalló hace semanas cuando el cura colocó pegados a los nichos carteles en los que les informaba de la deuda que tienen, respecto a las cuotas del cementerio. A raíz de este asunto, se destapó que la tesorera de la junta parroquial había dimitido meses antes e informó al Arzobispado de supuestas irregularidades en las cuentas.

Otro de los capítulos más sonados del sacerdote fue el de colocar un inmenso cartel a la entrada del cementerio, que ayer aún se mantenía y había sido reforzado con papel adhesivo transparente, en el que amenazaba con cobrar recargos del 30% a las familias que no habían pagado las cuotas y con dejar de rezar por sus fallecidos. También en los rótulos se avisa de que un despacho de abogados va a ejecutar los cobros en breve y se ofrece a los vecinos la posibilidad de pagar en 15 días para evitar la penalización.

Y esta misma semana, la empresa de recaudación municipal, ha denunciado al sacerdote por presunta utilización ilegítima de su imagen para intentar cobrar los recibos, en las notificaciones que se estaban remitiendo en los domicilios. Tanto en Beniparrell como en Albal se recogen firmas contra el sacerdote.