La imagen de un flotador „que evoca el salvamento„ es lo que aparece en la pantalla del ordenador del trabajador del Hospital de Manises cuando este aprieta un «botón de alerta» colocado e el teclado para avisar al servicio de seguridad de que su integridad física está en peligro por la amenaza de un usuario, según dio a conocer ayer el centro sanitario que indicó que el pulsador ya se ha instalado en varios servicios.

El hospital celebró ayer una jornada dirigida a los empleados de urgencias que desempeñan puestos de especial sensibilidad, como los del servicio de admisión, para instruirles cómo actuar en situaciones conflictivas.

La consigna general que se ha dado a los empleados en que en estas situaciones tienen que permanecer en calma, no responder a la amenaza y evaluar bien los riesgos para tener un mejor control sobre la ira del usuario. Destaca el centro hospitalario que el área de urgencias es la más conflictiva porque allí, «los nervios y las emociones de los pacientes están a flor de piel».

«La preocupación por el estado de un familiar, una opinión contraria al diagnóstico ofrecido, el estrés y el cansancio pueden desencadenar una situación difícil para el equipo médico del centro», agrega el hospital que, sin embargo, omite cuantos episodios de este tipo se han producido en el interior del recinto desde la apertura del centro en 2006.

Perfiles de usuarios agresivos

El taller lo han impartido psicólogos que han ilustrado a los profesionales sobre «los distintos perfiles de usuarios agresivos».

En la jornada se ha indicado también a los asistentes que hay que saber reconocer los errores, practicar la escucha activa y buscar una salida viable a la situación. Otras estrategias para evitar hipotéticos conflictos son «marcar siempre unos límites profesionales» y ser asertivos, porque en ocasiones y según apuntó una de las responsables del taller, maría Cruz Soto, «a veces se consiguen los peores resultados con las mejores intenciones».