No quedó nada. Las llamas devoraron los muebles e incluso hicieron saltar el enlucido de las paredes. El incendio que ayer calcinó una vivienda de la calle Alicante de Calp fue tremebundo. Los vecinos, cuando se asomaban al piso totalmente devastado, no se lo podían creer. La familia que estaba de alquiler en esta vivienda lo perdió todo. El fuego se declaró poco antes de las 9 de la mañana por una imprudencia. El pequeño de la familia, de 6 años, estaba jugando en el sofá con unos petardos. Sin querer prendió fuego a la tapicería. Cuando su hermana, de 8 años, y sus padres se dieron cuenta, el sofá ya era una pira. El padre intentó apagar las llamas. Pero era imposible. La familia tuvo que abandonar la casa a toda prisa. Mientras bajaban las escaleras, avisaban al resto de vecinos. Fue necesario desalojar toda la finca.

El incendio se declaró en el piso más alto, el tercero. Tal fue su virulencia que, nada más apagarlo los bomberos, los técnicos municipales acudieron pues temían que la estructura del edificio se hubiera visto afectada. No fue así. Pero en el piso sólo quedó ceniza. Los técnicos lo declararon siniestro total.