No hace mucho, un grupo de alumnos del instituto Tirant lo Blanc de Gandia detectó cómo a través del zócalo de la pared filtraba una sustancia viscosa. Uno de ellos, sin duda el más atrevido, metió el dedo y probó aquel producto desconocido que resultó ser miel. Aquello hubiese podido extrañar en algún otro lugar, pero no en este centro educativo, porque todos sabían de la existencia de numerosas abejas que han decidido instalar los enjambres entre sus muros.

El descubrimiento de la miel fue posterior a las picaduras que han sufrido un buen número de alumnos del instituto gandiense, pero al final el centro se ha decidido y ha tenido que solicitar la intervención de los bomberos para que, cumpliendo con la ley y evitando causar daños a estos insectos protegidos, se les busque un lugar mejor donde poder seguir ejerciendo su función natural.

El problema se genera por la falta de mantenimiento de un instituto de más de 25 años que requiere reformas por los cuatro costados y que la Generalitat siguen sin ejecutar. El inmueble está en las afueras de la ciudad, cerca de la montaña y del marjal y al lado de un barranco, de manera que a las abejas que buscan flores por este hábitat natural solo les ha faltado aprovechar las numerosas grietas y boquetes de sus paredes y tejados para instalarse tranquilamente en el instituto, ajenas a las molestias que causan al personal docente y a los alumnos.

Como resulta obvio, al final no hubo más remedio que buscar una solución y el martes pasado un equipo del parque de bomberos de Gandia, acompañado de un apicultor, montó la "operación abeja" y procedió a llevar a cabo un trabajo no exento de riesgo. Primero hubo que prepararse para protegerse de los insectos y después se procedió a la apertura de un boquete en el tejado de una de las alas del instituto, donde debajo apareció uno de los enjambres con cientos de abejas.

Pese a haber sacado gran parte del panal, hay zonas a las que no pudo acceder. Si en ese espacio se ha quedado el habitáculo de la abeja reina, habrá que volver para retirar el resto, pero si no es así, lo más probable es que los insectos se disipen en los próximos días buscando otro lugar donde vivir.