Más de medio centenar de personas se reunieron el pasado domingo 27 de octubre, por tercer año consecutivo, en el Mas de Fondo ubicado entre Massarrojos y Moncada, en el que se encuentra un «Gran Riurau». La convocatoria corrió a cargo de la «Colla Ecologista i Cultural» de Massarrojos, la «Associació Riuraus Vius», la «Associació Cultural Maracella» de Bonrepòs i Mirambell y el «Col·lectiu Cultural Bòbila» de Alfara del Patriarca, para sensibilizar a la sociedad de los destacados valores culturales del riurau.

Este riurau está ubicado en la parte de la finca que recae en Massarrojos y, según los organizadores, cabría suponer que no es el único existente en l´Horta Nord, ya que parece haber indicios de la presencia de otros ejemplos, tanto en esta pedanía de Valencia como en Moncada, los cuales por su importancia, como parte de la arquitectura tradicional valenciana, sería interesante identificar, proteger y que fueran visitables.

El origen de esta construcción se encuentra íntimamente relacionado con el cultivo de la viña, una de las explotaciones agrícolas más representativas de las poblaciones de nuestra comarca, que hasta las primeras décadas del siglo XX tuvieron mayoritariamente cultivos de secano como éste. La función de esta destacada construcción vernácula era la de depositar las pasas de uva moscatell durante su secado, actividad que fue importante en l´Horta en el siglo XIX, para resguardarlas de la humedad de las lluvias y la noche, lo que demuestra sus valores etnológicos.

El «Gran Riurau» del Mas del Fondo de Massarrojos, según uno de sus propietarios, Héctor Cortina Orts, fue levantado entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX y por sus dimensiones está considerado como el más grande de los riuraus valencianos y por ello, es denominado como «el más grande del mundo». A pesar de su tamaño, el edificio cumple con las características propias de estas construcciones. Su orientación es este-oeste y su cuerpo central tiene una profundidad de once metros. En este caso, las características arcadas de sus frentes llegan a catorce ojos a cada lado, con forma de arco carpanel, así como dos en los laterales, algunos de los cuales están cegados.

Además, interiormente no tiene continuidad en toda su longitud, ya que a partir del decaimiento de la viña a causa de la filoxera, parte del mismo se compartimentó y se cegaron algunos de sus arcos para albergar viviendas y almacén en 1915 y en 1936. Su sistema constructivo y estructural está compuesto por un pavimento de ladrillos estriados, arcadas de ladrillo y mampostería en las fachadas, pilares de ladrillo dispuestos a lo largo del eje central, que sustentan vigas de madera de gran sección, en las que apoyan los pares de la cubierta a dos vertientes, resuelta con cañizo y teja, aunque en los años 20 el cañizo fue sustituido por ladrillo.

Este riurau y su valioso entorno natural ha estado sometido a presión urbanística por su proximidad a la urbanización Santa Bárbara, ubicada entre Rocafort y Massarrojos, sobre todo en los años de la burbuja inmobiliaria, lo que hace más meritoria su preservación por parte de sus titulares. De hecho, en junio de 2010, el Consell Valencià de Cultura emitió un informe en el que recomendaba al Consell la declaración de este riurau como Bien de Interés Cultural, por sus «valores constructivos, su gran tamaño y su antigüedad», todo ello a petición de La Colla Ecologista i Cultural de Massarrojos, así como de los hermanos Cortina Orts, propietarios del riurau y avalados por la «Associació Riuraus Vius». Finalmente el pasado mayo, el Ayuntamiento de Valencia aprobó su declaración como Bien de Relevancia Local junto con el Mas, con motivo de la última revisión del Catalogo de Bienes y Espacios del municipio.

La jornada cultural

Los convocantes, en su discurso del pasado domingo, reivindicaron en esta tercera jornada cultural dedicada al riurau el ejemplo que constituye esta arquitectura por su integración en su entorno y su respeto medioambiental, valores que tan necesarios son recuperar hoy en día. Asimismo destacaron su importancia histórica, por ser un testimonio extraordinario de la importancia del cultivo de la viña en l´Horta y, muy especialmente, del esplendor de la industria y el comercio de la pasa en el siglo XIX.

Los organizadores declararon su compromiso con el patrimonio, solicitaron a los asistentes que difundan su importancia y necesidad de conservación, para que las administraciones públicas «que tienen la potestad y la misión de garantizar su pervivencia, asuman con determinación su deber, desarticulando los peligros y haciendo llegar las ayudas necesarias» a sus propietarios. Por último, agradecieron a la familia Cortina Orts su hospitalidad, su comportamiento admirable en la preservación y recuperación del original carácter de este edificio.

Tras la lectura del discurso por varios miembros de la Colla Ecologista i Cultural de Massarrojos y la bienvenida del representante de la propiedad, Héctor Cortina Orts, éste ofreció un recorrido explicativo de las distintas partes del Mas que finalizó en el Riurau, durante el que habló de la evolución constructiva del mismo y de los distintos propietarios que ha tenido. Este paseo fue acompañado por poemas de Vicent Andrés Estellés y un fragmento sobre la zona de las Observaciones de Cavanilles (1795) y sobre los riuraus del libro de Carmelina Sánchez-Cutillas, «Matèria de Bretanya» (1975), este último que fue leído por la conocida actriz valenciana Empar Ferrer. El acto finalizó con una actuación improvisada del dirigente de «Riuraus vius» y cantante Lluís Fornés «el Sifoner», que en 2011 publicó el libro «Els Riuraus Valencians. Edificis únics al món», a la que siguió un vino de honor y una paella cocinada a la manera de l´Horta. Entre los asistentes, se encontraba el doctor arquitecto especialista en arquitectura rural valenciana, Miguel del Rey Aynat. En definitiva, gue una loable muestra de activismo por la preservación de este importante y singular elemento patrimonial.