La psicóloga de Gata de Gorgos Sefa Mulet, que atendió a un menor sin consentimiento de su madre, que es víctima de violencia de género, ha querido precisar a este diario que su actuación se circunscribió a restaurar «la relación paterno-filial». Mulet incide en que el padre le pidió asesoramiento tras lograr la custodia compartida del menor, de 7 años; custodia que la madre ha recurrido al entender que no se le puede otorgar a un condenado por maltrato (agredió a su expareja en la puerta del colegio y ante el hijo de ambos).

La psicóloga apunta que no realizó al menor una intervención «en términos clínicos». Apela a su secreto profesional para explicar por qué todavía hoy no ofrece a la madre datos sobre la terapia. Sostiene que es el padre el que debe informar a su exmujer. La madre descubrió que su hijo había seguido tratamiento con esta profesional en un juicio con su exmarido, quien llevó a la psicóloga como testigo. Ésta asegura ahora que en el juicio sólo hizo un «informe neutro» sobre las consecuencias de cambiar al menor de colegio.