El Hospital de Sagunt ha estado seis de los últimos diez días sin garantizar la epidural a las parturientas, según han asegurado varias pacientes a Levante-EMV después de que este diario publicara que la madre del primer bebé nacido este año en el centro va a reclamar al no haber recibido esta prestación, pese a sufrir un doloroso parto que duró 24 horas.

Desde el día de Nochebuena, el centro únicamente garantizaba esta anestesia a quien paría los días 26,27,30 de diciembre o bien el 2 y 3 de enero. El resto, no y, por ello, algunos sanitarios llegaban a recomendar en confianza a las mujeres que acudieran a los hospitales de El Clínico o Vila-Real si querían recibirla.

Estos consejos no son nuevos en el centro pues, durante años, la falta de profesionales en la bolsa de anestesistas fue el argumento esgrimido desde el hospital de Sagunt para justificar que la epidural no estuviera garantizada en todos los partos. Aquel hecho provocó numerosas protestas y quejas, tanto de la junta de personal como del consejo de salud del área y del propio pleno. Ahora, sin embargo, la queja de la madre del primer bebé de 2014 ha dejado en evidencia que el problema persiste.

Sobre las causas de la actual situación, de momento, no hay explicación alguna. Aunque este diario contactó ayer con la Consellería de Sanidad para conocer su versión oficial de lo sucedido, los motivos de la actual situación y los días en que se produce, desde el departamento de prensa se limitaron a indicar que en el centro «siempre hay anestesista de guardia, pero lógicamente si hay una urgencia más grave, tiene prioridad esta última».

El testimonio

«Voy a reclamar por no haber podido recibir la epidural para que nadie esté 7 horas chillando como yo, porque era lo único que me aliviaba. Fue horrible. Hasta rompí una camilla y me desmayé dos veces. Yo estaba el dilatación y mi familia oía mis gritos desde el vestíbulo. Y está bastante lejos». Así se expresaba ayer la madre del primer bebé del año en Sagunt, Sandra Encinas, tras recibir «muchas muestras de apoyo» para que presente su queja. Sandra admitía que ya le habían recomendado que fuera a El Clínico o a Vila-Real, porque allí era segura la epidural, pero al final rompió aguas y tuvo que ir al centro más cercano.