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Polémica

La fallera mayor de Alzira no puede lucir "piercings"

La Junta Local Fallera obliga a las candidatas a reina y a la corte de honor a asumir por escrito unas normas para evitar problemas durante el mandato

Ni lucir «piercings» a la vista ni fumar, beber o hablar por el teléfono móvil durante cualquier desfile o acto oficial. Éstas son algunas de las obligaciones que las candidatas a fallera mayor de Alzira se comprometen a asumir para poder optar al cargo a través de una especie de «contrato» que la Junta Local Fallera obliga a firmar para, en base a la experiencia de años anteriores, fijar unas pautas que propicien una relación cordial y eviten problemas durante el ejercicio.

Nunca en la historia reciente de las fiestas una candidata a fallera mayor de Alzira o a formar parte de la corte de honor ha renunciado tras conocer estas bases que existen desde mucho antes del incidente que en 2008 acabó con la dimisión de una fallera mayor, pero la Junta Local Fallera evita hacer oficial el nombre e incluso el número de candidatas hasta mantener una reunión con ellas o los padres en el caso de las infantiles en las que les expone los «derechos y obligaciones» que comporta el cargo y éstas se comprometen por escrito a cumplirlas. «Esa especie de contrato existe desde hace muchos años, aunque no se gastaba. Lo utilizamos para evitar que después haya problemas», comenta el presidente de la JLF, Vicent Muñoz, que asegura que otras juntas locales se interesaron por esta regulación «y la están están gastando». Muñoz comentó que se trata de un protocolo que se ha ido «puliendo» en base a problemas que han surgido con el tiempo.

El «contrato» que regula la relación de las falleras mayores e integrantes de la corte de honor con la JLF se estructura en tres apartados indumentaria, asistencia a los actos y comportamiento y convivencia y, según la exposición de motivos inicial, pretende dar «el máximo realce y esplendor» a las fallas de Alzira tanto en los actos que organiza la JLF como en los que las falleras mayores acudan en representación de la ciudad.

Este protocolo que las candidatas se comprometen a respetar establece en el apartado de indumentaria que las falleras mayores y cortes de honor deberán asistir «correctamente ataviadas» con los trajes regionales y complementos que les facilita la JLF a todos los actos a los que se requiera su presencia y advierte de que no lucir alguno de los complementos sin el permiso o consentimiento de la JLF, incluido el cancán, puede ser motivo de amonestación o posible sanción.

También contempla la obligación de acudir «vestidas correctamente» en función del acto de que se trate cuando las reinas falleras acudan de particular y, por último, establece la prohibición de lucir a la vista un «piercing» o elementos similares «durante el año en que se esté ejerciendo como fallera mayor o corte de honor».

Asistencia a actos oficiales

El apartado que regula la asistencia de las falleras mayores a los actos establece que corresponde a la JLF designarlos y que «nunca» se podrá asistir a un acto público en calidad de fallera mayor sin autorización. El protocolo también regula que representantes de la propia JLF escoltarán siempre a las reinas falleras y sus cortes con la obligación de recogerlas, acompañarlas al acto y devolverlas a sus domicilios. «Se deberá cumplir estrictamente el horario marcado por la JLF, tanto para el inicio como para la finalización de los actos», subraya este contrato.

La asistencia de las falleras mayores y sus cortes es obligatoria a los actos que indique la JLF y una ausencia injustificada puede ser motivo de expulsión. Se establece que la corte de honor nunca podrá desfilar si hay menos de cuatro falleras.

Los problemas surgidos con falleras que entran en la corte tras haber representado a sus comisiones como falleras mayores ha llevado a la JLF a plasmar en este protocolo que deben lucir el traje y banda otorgadas por la JLF cuando acudan a la presentación de su falla para despedirse. Por otra parte, también se indica que los padres, familiares y parejas únicamente asistirán a los actos a los que expresamente sean invitados.

El apartado sobre el comportamiento y normas de convivencia prohíbe taxativamente «fumar, beber, llevar teléfono móvil y cámaras en todos y cada uno de los actos».

La JLF señala que resulta «recomendable» que todas las niñas y jóvenes vivan un año en armonía y «prime el respeto» entre ellas y también hacia el resto del colectivo fallero de la ciudad, recordando que como máximas representantes del mundo fallero de Alzira van a haber muchas miradas puestas en ellas durante el año de su mandato.

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