El término de Vilafranca escondía un secreto: un abrigo con al menos 12 pinturas rupestres con 7.000 años de antigüedad. Así lo explicaron ayer los arqueólogos Dídac Román e Inés Domingo, junto al alcalde, Óscar Tena. Han sido meses de trabajo en secreto. De hecho, la ubicación de las pinturas no se difundirá hasta que se establezcan medidas de protección. El proyecto municipal, ha contado con la financiación del Ministerio de Cultura.
Ambos arqueólogos apuntaron ayer con satisfacción que se trata de un descubrimiento «de envergadura. Hace muchos años que en el arte rupestre levantino, declarado Patrimonio de la Humanidad, no se encontraba un conjunto de estas características». De hecho, el valor del mismo se aproxima a los conjuntos de pinturas que se sitúan en la Valltorta-Gasulla.
Román y Domingo han señalado que las figuras representan animales como toros, cabras o incluso un ciervo. Así mismo se pueden distinguir arqueros en posición de caza y en los preparativos de los arcos y las flechas. Los hallazgos rupestres más recientes habían permitido encontrar figuras sueltas, pero no conjuntos como el de Vilafranca. Nuevas investigaciones podrían sacar a la luz otras pinturas que no resultan visibles en una primera inspección.
Además del valor de las pinturas cabe reseñar que la localización del yacimiento abre un nuevo campo de investigación para establecer relación entre las pinturas de Valltorta-Gasulla, entre Ares y Tírig y las del Bajo Aragón. De hecho ambos arqueólogos hacía tiempo que iban tras la senda de los pintores «que puede que fuesen los mismos».
El alcalde de Vilafranca, Óscar Tena, agradeció el trabajo de Inés Domingo y Dídac Román y mostró su satisfacción por la implicación de los arqueólogos. «Este resultado demuestra que la apuesta por la ciencia y el conocimiento permite conocer mucho mejor nuestro pasado y poner en valor nuestro territorio», apuntó Tena.
Los arqueólogos están trabajando en un estudio detallado de las pinturas en las que puede apreciarse un toro, un ciervo o una cabra. Los medios digitales ya han permitido identificar algunas escenas que casi no son apreciables en una primera observación. «Las pinturas están afectadas por el polvo, los fenómenos meteorológicos y el paso del tiempo, pero se trata de escenas singulares», indicaron ambos estudiosos.
Barranc de Les Carabasses
Por otra parte, Dídac Román e Inés Domingo han trabajado en el análisis de las pinturas rupestres de la cueva del Barranc de les Carabasses en el mismo municipio. Allí han localizado nuevas pinturas gracias a técnicas de análisis fotográfico y digital. Ahora, el proyecto es crear material didáctico y museográfico para dar a conocer este patrimonio a los vecinos.
