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Paellas «clandestinas» en Cullera

Los hosteleros critican que porteros de fincas y clubes sociales ejerzan una competencia desleal

Paellas «clandestinas» en Cullera

Hasta algo tan tradicional como cocinar una paella puede formar parte de la economía sumergida. Los hosteleros de Cullera han denunciado esta semana la elaboración de paellas «en negro» por parte de particulares, especialmente porteros de fincas y clubes sociales. Una misma persona puede llegar a vender más de 10 paellas un domingo, según indicaron los empresarios. Ellos lo tomam como una competencia desleal que empeora su negocio.

«Es algo que siempre ha ocurrido, pero cuando había trabajo para todos no hacíamos caso, aunque, ahora, con la crisis económica que ha vaciado los restaurantes, la gente se da cuenta», señalaba esta semana el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Cullera y la Ribera Baixa (AEHC), Juan Femenía, quien reclamó un mayor control por parte de los inspectores del Ministerio de Trabajo para evitar estos casos. Según explicó, la mayoría de estas paellas las realizan por encargo porteros y clubes sociales de las fincas ubicadas en las zonas más turísticas de la ciudad, como San Antonio, el Racó y el Faro.

Este hostelero lamentaba que los negocios que cumplen la legislación están teniendo numerosas inspecciones de trabajo y sanidad este verano y, en cambio, los funcionarios gubernamentales no combaten con idéntico celo la economía sumergida. «Inspecciones de sanidad y trabajo no paran; sin embargo, hay un montón de gente por ahí, clandestinos, que están haciendo paellas para llevar» y suponen «una competencia salvaje», criticó Femenía, quien explicó que los clubes sociales no pueden llevar a cabo estas actividades, ya que no tienen la condición de restaurante.

Además, recordaba los gastos que deben afrontar los empresarios que trabajan legalmente, quienes pueden llegar a desembolsar 2.300 euros al mes por cada trabajador, a lo que hay que añadir los impuestos y las facturas de luz y agua. Un plato de paella en un restaurante de Cullera puede costar entre 9 y 14 euros aproximadamente, un precio que desciende si la paella se encarga «en negro». La economía sumergida representa hoy en día el 18,6% del Producto Interior Bruto (PIB) español, según las estadísticas de la Cámara de Comercio de Andalucía.

Inicio de verano «ruinoso»

Por otra parte, el comienzo del verano ha sido especialmente malo en Cullera debido a la celebración de los exámenes de recuperación en julio, que han obligado a muchas familias a retrasar el inicio de sus vacaciones en la playa ante la necesidad de atender los exámenes de sus hijos. Por eso, los hosteleros piden a la Conselleria de Educación que las reválidas vuelvan a ser en el mes de septiembre.

El día 15 terminaron los exámenes y Femenía afirmó que, a finales de esta semana, ya se registró una mayor presencia de turistas; lo que viene a confirmar que ésta era la causa de la falta de clientes. En el restaurante que regenta este empresario, la primera quincena de julio se trabajó un 50% menos que en 2013.

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