Los habitantes de Calderón, pequeña aldea de Requena que cuenta con poco más de una veintena de empadronados, han movilizado a otras seis pedanías de la Vega del Río Magro para reivindicar la restitución del servicio público de autobuses que se eliminó hace unas semanas, después de décadas de servicio. Esta reacción, que ha implicado a los alcaldes de la siete aldeas hasta el punto de presentarse hoy en el Ayuntamiento de Requena para reunirse con su homólogo, Javier Berasaluce, surgió de una vecina mayor, que sin este transporte se ha quedado sin medio para desplazarse a hacer la compra.
Según explica un residente habitual de una de estas pedanías, que cuenta con cerca de un millar de habitantes que se duplica durante el verano, «no tenemos otro medio que el autobús de toda la vida para ir hasta Requena, donde recibimos la asistencia médica y tenemos las tiendas, además de los que trabajan o estudian, así que los que no tenemos coche particular nos hemos quedado aislados. Con la eliminación de este servicio añade sobre una línea que también sirve de conexión con Valencia van a conseguir que mueran estas aldeas pequeñas», cuyas primeras referencias históricas, en algunos casos, se remontan a la Edad Media.
Como «medida de presión» ante la reunión de hoy, los vecinos han sido convocados al Ayuntamiento de Requena para asegurarse de que los alcaldes pedáneos «no se limitan a rogar la recuperación del servicio de autobuses, sino que lo exigen». Y es que una de las quejas de los residentes es que los representantes de las aldeas «nunca quieren enfrentarse» con su homólogo de la capital municipal.
«Falta de viajeros»
Desde la empresa que prestaba este servicio hasta hace unas semanas, Monbus, admitían ayer a Levante-EMV la eliminación este verano de la línea que conectaba la localidad conquense de Mira con Requena con parada en las pedanías. Estas fuentes apuntaban que «la falta de viajeros» ha sido el principal motivo de esta supresión.
