El nuevo milenio se inició en l’Horta, como en otras comarcas valencianas, con una avalancha de macroproyectos urbanísticos donde las viviendas se contaban por miles y el paisaje iba a sufrir una drástica modificación. Entre los planes impulsados por la propia Generalitat Valenciana, a través de la Conselleria de Territorio y el Instituto Valenciano de la Vivienda, y aquellos que propusieron consistorios o particulares, al amparo de la legislación urbanística, se proyectaban en l’Horta Sud y l’Horta Nord más de 31.000 pisos, la mayoría de ellos concentrados en cuatro puntos: Nou Mil·lenni de Catarroja, Gran Manises, Golf Mar en el Puig y el PAI de Vera y la Marina de Alboraia. En todos los casos, a la larga tramitación se unieron movimientos sociales contrarios y numerosos recursos. Ninguno de todos aquellos planes se ha ejecutado. La crisis, en algunos casos, o las decisiones judiciales, en otros, han invalidado aquellas iniciativas.

El último caso ha sido el de Nou Mil·lenni de Catarroja. Como informaba Levante-EMV este fin de semana, el Tribunal Supremo ha anulado definitivamente aquel planeamiento por no estar garantizado el suministro de agua, ya que en su tramitación existía un reparo de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Primero el Tribunal Superior de Justicia valenciano adoptó este criterio y ahora el Supremo ha rechazado el recurso de casación que planteó la Generalitat Valenciana.

En Catarroja, no obstante, queda en una situación de indefinición ahora la naturaleza de ese suelo, ya que se redactó y aprobó un nuevo Plan General de Ordenación Urbana que recogía el proyecto y, por tanto, convertía una amplia superficie de huerta protegida en terreno urbano residencial, donde se iban a edificar 12.000 viviendas, además de un centro comercial.

El fiasco de Manises

El proyecto hermano de Nou Mil·lenni era Gran Manises. En la misma comarca y con el mismo promotor —el Instituto Valenciano de la Vivienda a través de una sociedad mixta con una empresa privada—, se planteó un plan para urbanizar zona de cultivos y construir 10.000 viviendas. Como en el anterior, fue necesario salvar numerosos escollos, entre ellos el de edificios patrimoniales que se veían afectados. El alcalde de la época, el popular Enrique Crespo, llegó a anunciar que las obras comenzarían en 2008. Pero el proyecto no ha llegado a aprobarse definitivamente todavía, después de años de tramitación.

En el Puig, al menos durante dos mandatos, el PAI Golf Mar, que incluía un campo de golf de 18 hoyos y 6.000 viviendas junto a la playa, fue paralizado. En las últimas semanas, un inversor chino se ha interesado por el proyecto.

En Alboraia, la operación urbanística proyectada por el consistorio en la época en la que estaba al frente el popular Manuel Álvaro, suponía trasladar el centro comercial ubicado junto a la playa a la huerta protegida, en una iniciativa que pretendía gestionar el propio ayuntamiento, y posteriormente construir una marina con puerto deportivo y 800 viviendas, en el área donde hoy está el hipermercado. En este caso, la crisis ha convertido en inviable el proyecto y ha generado millonarias indemnizaciones a las que la institución local no puede hacer frente. En Paterna, una sentencia del Supremo tumbó también un PAI de 1.200 viviendas en los antiguos terrenos militares, mientras que en Torrent anuló una nueva área en el Vedat en la que se tenían que construir 400 casas.