La mujer que tomó la fotografía del cadáver momificado de su tío tras ser exhumado de su tumba en el Cementerio Municipal de Nuestra Señora del Rosario de Guardamar del Segura quiso ayer pedir disculpas en nombre de toda la familia por la difusión de la polémica instantánea que, según aseguró, se realizó solo para mantenerla en la intimidad familiar pero acabó corriendo como la pólvora por móviles y redes sociales.

La sobrina del finado trasladó ayer que «no quería herir la sensibilidad de ninguna persona», insistiendo en que jamás pensó que la fotografía pudiera acabar divulgándose sin control entre los vecinos del municipio. Explicó que realizó la instantánea hace dos semanas cuando acudió junto a su marido al camposanto municipal para que el enterrador abriera el nicho de su tío y prepararlo así para proceder a un nuevo enterramiento, en concreto de la mujer de este.

La sorpresa fue mayúscula cuando observaron que el cadáver había permanecido incorrupto durante 23 años «y le hice una foto para poder enseñarla a la hermana del fallecido» con la única pretensión de que pudiera observar ese curioso fenómeno de momificación. Pero, según prosiguió, poco después envió esa foto por «WhatsApp» a una prima suya, esta se la pasó a una cuñada y la foto empezó a ser rebotada por distintas aplicaciones de mensajería móvil.

La mujer que hizo la instantánea asegura que están consternados porque es un asunto que, literalmente, «se nos ha ido de las manos y jamás pensamos que pudiera tener estas consecuencias».

Los familiares del fallecido eran conscientes de que cientos de vecinos de Guardamar del Segura ya habían recibido en sus teléfonos móviles la fotografía, en la que aparece el sobrino político del fallecido y un trabajador municipal que se desempeña la labor de enterrador sujetando al cadáver. Tanto es así que aunque el ayuntamiento intentó presentar el pasado martes una denuncia tras conocer los hechos, descubrió que el asunto ya estaba en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Guardamar, que ha abierto una investigación.

La mujer que realizó la fotografía admitió ayer a este diario que ya ha prestado declaración por estos hechos que podrían incurrir en un delito de ofensa a los difuntos y mostró su nerviosismo por todo este asunto, porque no quería ni «faltar a la memoria de mi tío» ni provocar un revuelo que ha acabado en los medios de comunicación.