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Medio ambiente

La regeneración del Montgó sustituirá los pinos por acebuches, carrascas y lentiscos

Los biólogos que dirigen los trabajos que ya ha iniciado el Ayuntamiento de Xàbia destacan que «el bosque del futuro» debe recuperar especies autóctonas más resistentes al fuego y desplazadas por los pinares jóvenes

La regeneración del Montgó sustituirá los pinos por acebuches, carrascas y lentiscos a. p. f.

De las cenizas del Montgó ya empieza a surgir un nuevo bosque. Todavía, claro está, no se ve nada. Pero los biólogos sí imaginan «el bosque del futuro». Más que eso. Lo ven rebrotar en especies como el ullastre (acebuche u olivo silvestre) que sobrevivió al incendio y ya echa nuevas hojas y ramas. «Para pensar el bosque del futuro debemos, antes, volver la vista al bosque del pasado», explicó ayer el biólogo Jaume Soler que, junto al también biólogo Ignasi Astor, dirige los trabajos de regeneración que ya ha iniciado el Ayuntamiento de Xàbia.

Lo importante es, sobre todo, no lanzarse a reforestaciones alocadas. La montaña tiene sus ritmos. Pero también hay que recuperar especies arbóreas y arbustivas desplazadas en los últimos años por los pinos. Soler e Ignasi Astor abogan por que el Montgó recobre «un bosque maduro» y más resistente al fuego, en el que predominen acebuches, carrascas, lentiscos y aladiernos.

Estos expertos advierten del circulo vicioso que se suele producir tras los incendios. El pino, como especie germinadora que es, crece más rápido que ningún otro árbol, pero luego también arde con más facilidad y provoca que fuegos que, en otros tipos de bosques no serían tan destructivos, se propaguen con rapidez y acaben devorando cientos de hectáreas (el último del Montgó arrasó 444).

Ese bosque del futuro empieza a nacer nada más se apaga el fuego. De ahí que el Ayuntamiento de Xàbia se haya puesto manos a la obra en la regeneración del parque natural sin esperar a nadie. El alcalde, José Chulvi, recordó que en seguida se habilitó una partida de emergencia de 117.000 euros que ha permitido poner en marcha planes sociales de empleo y contratar a una empresa especializada en trabajos forestales. De momento, la regeneración consiste en talar los pinos calcinados que amenazan con desplomarse sobre los viales y en recuperar el entorno del faro de Sant Antoni, de gran valor natural y paisajístico.

«Todos estos trabajos los estamos desarrollando con gran rigor y con la autorización previa de la dirección del parque natural y de la conselleria de Medio Ambiente», subrayó Chulvi.

El biólogo Ignasi Astor incidió en que los pinos que se están retirando se trituran para formar un «mulch» o manto orgánico en los suelos más expuestos a la erosión. Además, se evita que esos pinos puedan propagar plagas.

Mientras, Jaume Soler explicó que en el suelo de lapiaz del cabo de Sant Antoni se irá eliminado el exceso de pinos para favorecer que surja «un bosque estable» de acebuches y carrascas. «Ese bosque tendrá un dosel arbóreo de olivos silvestres y un dosel arbustivo de lentisco», dijo. Estas especies van más despacio que el pino. «En 30 ó 40 años sí podremos tener una estructura boscosa compacta», vaticinó este biólogo.

Mientras, en bancales del cabo, se realizarán «experiencias de repoblación» con encinas y carrascas, lavanda, aladierno y bayón. El bosque del futuro (y del pasado) echa ya raíces en el Montgó.

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