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Reivindicación

50.000 firmas piden que Sanidad pague el parche que evita pinchazos al diabético

Un jubilado de Cullera lidera una campaña en internet para encontrar otro sistema para medir la glucosa menos molesto

50.000 firmas piden que Sanidad pague el parche que evita pinchazos al diabético

El cullerense Joaquín García tiene 64 años y es diabético desde que tenía 22. Lleva prácticamente toda su vida midiéndose los niveles de glucosa en sangre y, con el actual sistema en el que los propios enfermos tienen que pincharse diversas veces al día, está desde hace unos 15 años. Eso significa 27.375 pinchazos en las manos y los brazos de Joaquín, ya que este jubilado se mide su nivel de glucosa cinco veces al día.

Pero cuando hace unas semanas se enteró de que había llegado a España un nuevo método mediante el cual no era necesario pincharse, sino que funciona a través de unos parches, Joaquín decidió poner una petición en la web Change.org para que el Ministerio de Sanidad introduzca este medidor en su cartera de medicamentos y financie así este sistema denominado Free Style Libre. La petición también se dirige a las consellerias de Sanidad de las diferentes comunidades autónomas y, en tan solo una semana, ya lleva recogidas más de 50.000 firmas, aunque la cifra sigue aumentando.

La nueva técnica consiste en un parche que se coloca en el brazo y se cambia cada 15 días. Al acercar la máquina medidora al parche, el enfermo puede ver cuál es su nivel de glucosa sin necesidad de pincharse. Además, supondría un ahorro para las Administraciones Públicas ya que es mucho más barato que el actual sistema de pinchazos.

Joaquín se pincha cinco veces al día y los tres botes de tiras medidoras que utiliza cuestan en total unos 150 euros al mes, aunque sólo paga el 10% al ser jubilado. En cambio, un paquete con dos parches para todo el mes sólo cuesta 59 euros.

En su petición, Joaquín García explica que «parece una tontería, pero depender de los pinchazos y la insulina marca tu vida. Este nuevo aparato mejora nuestra calidad de vida» ya que, según argumenta en su exposición, «evita los molestos pinchazos cada vez que queremos saber nuestros niveles de glucosa y nos permite convivir mejor con la enfermedad».

Este vecino de Cullera recuerda que en el caso de los niños es peor, ya que se tienen que pinchar muchas más veces. «Estoy harta de ver los dedos de mi hija acribillados diez veces al día», se queja una madre en Change.org,

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