La iglesia de la Natividad de Nuestra Señora de Burjassot acogió ayer la presentación de la «Biblia manuscrita». Un total de 4.757 folios, escritos a mano y recogidos en cinco volúmenes encuadernados en papiro, dan forma al proyecto que el padre Miguel Ángel Vives, titular de esta parroquia del barrio de Canterería, ideó con la finalidad de que los ciudadanos, independientemente de sus credos religiosos y políticos, se acercaran a las Sagradas Escrituras «con tolerancia, colaboración, esfuerzo y, sobre todo, humanidad». Y así lo hicieron, provistos de estilográficas de tinta negra «y buena voluntad», más de mil «amanuenses» „de cinco a 98 años„ copiaron sobre blancas páginas cada pasaje bíblico y reflexionaron «sobre lo que somos». Además, la copia del Libro de Libros, realizada en 32 idiomas y distintos alfabetos, viene acompañada de 80 grabados a plumilla del ilustrador José Antonio Vives y distintos detalles técnicos de Xavier Cerbelló.

La aventura arrancó el 9 de febrero de 2013 en un «scriptorium» instalado junto al altar de la Natividad. Fue José Antonio García, presidente del Círculo Católico San Roque de Burjassot, quien empezó la tarea copiando la primera alabanza del Libro de los Salmos. Después centenares de «copistas» „tanto del municipio como de fuera„ fueron completando la obra y, al cabo de un año, todo quedaba listo para su encuadernación.

En este singular manuscrito han participado personalidades de la talla del entonces arzobispo de Valencia, Carlos Osoro y el misionero valenciano Alexandre Alapont, destinado desde 1957 en Zimbabue. El evangelizador de L'Alcúdia, que ya tradujo durante 29 años por primera vez en la historia la Biblia al nambya, ahora transcribía, en esta lengua tribal del país africano, la carta de San Pablo a Filemón. Además de la intervención de particulares, centros educativos, asociaciones y feligreses católicos de distintas parroquias, la «Biblia manuscrita» ha contado la aportación de otras confesiones cristianas, como la evangélica o las ortodoxas rusa y rumana, así como de otras religiones distintas como el hinduismo. Durante la presentación del manuscrito, el padre Vives recordó la «simpatía» con que la comunidad hinduista de Valencia aceptó el ofrecimiento de transcribir la Carta de Pablo a los Tesalonicenses „cronológicamente el primer texto escrito del Nuevo Testamento„ ya que «los hinduistas están acostumbrados a trabajar con escrituras antiquísimas, anteriores a la Biblia».

Asimismo Miguel Ángel Vives hizo una peculiar valoración del libro universal y de las personas que han empleado «una parte importante de su tiempo» „en turnos de media hora„ a copiar el libro a mano: «No se trata de que a nosotros nos guste la Biblia, sino de que nosotros le gustemos a la Biblia; y, en ese sentido, creo que le hemos gustado a la Biblia por el trabajo que entre todos hemos hecho».