La iniciativa del organismo provincial también se aplicará en otros municipios de la provincia que cuentan con plazas taurinas y, en total, se destinarán 700.000 euros a reformar todas estas instalaciones.
Este anuncio lo realizó el portavoz del PSPV en el ayuntamiento, Jordi Mayor, en el pleno que la corporación municipal ha celebrado esta semana, pero no simplemente para informar a los vecinos, sino para denunciar que el ente que preside Alfonso Rus se gaste dinero en rehabilitar estos recintos y no destine este montante a ayudar a las familias más necesitadas.
Mayor lamentó que «con los problemas que están pasando las familias y las Administraciones que van justas de dinero» la Diputación de Valencia se dedique a reformar plazas de toros, en lugar de donar el dinero a organizaciones que ayudan a la gente sin recursos, como pudiera ser Cáritas, según dijo Mayor.
Pero el alcalde de Cullera, Ernesto Sanjuán, lamentó la «demagogia» de la oposición y defendió que la diputación «hace muchas obras sociales» y «está gastándose más dinero que nunca» en ayudar a la gente. Sanjuán avanzó que la rehabilitación de la plaza de toros permitirá crear puestos de trabajo y al ayuntamiento «no le costará una peseta» reformar el recinto.
Se usó por última vez en 2004
La plaza de toros y un restaurante aledaño se construyeron a principios de los años ochenta. Allí se celebraban novilladas e incluso, durante un breve periodo de tiempo, la plaza funcionó como escuela taurina, pero hace dos décadas se abandonó el lugar. La última vez que se utilizó esta plaza fue en 2004. Ese verano, tras un rejoneo, abandonaron a cinco toros muertos a las puertas de la plaza, junto a la carretera del Racó. Tras el escándalo, ya no se volvieron a celebrar espectáculos taurinos.
Los partidos de la oposición denunciaban entonces que la plaza no cumplía con la normativa vigente.
Actualmente el lugar se encuentra bastante abandonado, está repleto de grafitis y hierbajos. El restaurante, que tiene una amplia extensión y cuenta con diversas plantas, fue ocupado por gente sin hogar, hasta que hace unos años el Ayuntamiento de Cullera sacó a licitación su gestión y una empresa lo rehabilitó. Se abrió un chiringuito veraniego para tomar copas, pero el negocio sólo funcionó un verano y ahora está otra vez cerrado.
