Suera se puso ayer de nuevo sus galas del siglo XIX. Los habitantes de esta localidad de la Plana Baixa sacaron a la calle su pasado para disfrute de todos los turistas que se acercaron para conocer de cerca sus tradiciones. La presente edición de «Suera, un poble al carrer», empezó con la lectura, a cargo del alguacil, del bando que anuncia la fiesta y con el pregón del alcalde, José Martí. Personajes como el carpintero, el barbero, el estanquero o el tendero fueron fieles a una cita en la que también estuvo muy presente el teatro, como pudo verse con las representaciones del despertar de la aurora, los aguinaldos o el desfile de la cofradía del Cristo, que amenizaron la jornada.

Los balcones y las calles lucieron adornadas. Los animales también estuvieron presentes, sin olvidar la gastronomía y los productos típicos, como los buñuelos y la carne a la brasa, que hacen que muchos visitantes repitan la visita que ya realizaron en años anteriores. Los que lo hacían por primera vez descubrieron algunos lugares típicos de Suera, como el campanario, la iglesia parroquial, el calvario o la ermita del Santísimo Cristo de la Clemencia. Este año también hubo un concurso de fotografía y otro de fachadas y rincones adornados.