Alzira da por cerrada la crisis del «halal». Tras las vacaciones escolares de Navidad, el conflicto entre los padres de los alumnos musulmanes del Centro de Acción Educativa Singular (CAES) Pintor Teodoro Andreu y el colegio se ha diluido. La totalidad de los niños de creencia islámica han vuelto al comedor después de abandonarlo a finales de noviembre a modo de protesta por no servirse menú «halal», es decir sin cerdo y con la carne sacrificada mirando a la Meca y en el nombre de Alá. La determinación de la dirección, del ayuntamiento y de la Conselleria de Educación de no ceder ante las pretensiones de esta parte de la comunidad islámica y la advertencia sobre la retirada de las becas de comedor a aquellos alumnos que a partir del 15 de enero no volvieran a la cantina ha acabado por debilitar la posición inicial de las alrededor de cuarenta familias que habían planteado este pulso al entender que tienen el derecho constitucional a recibir esa clase de comida.El Consell insistió en que el respeto a sus creencias ya estaba garantizado con el menú sin cerdo que se sirve en los colegios.
La concejala de Educación Anabel Juárez asegura que la situación ha vuelto a la «normalidad» y se felicita porque «al final se ha entendido que lo importante es que los niños coman bien y tengan esa necesidad básica garantizada» .Juárez explica que tras el «período de reflexión» que se dio a los progenitores antes de aplicar de forma estricta la normativa y proceder a la retirada de las ayudas al comedor, los estudiantes musulmanes aceptan el menú sin cerdo o el vegetariano.
