El acondicionamiento mínimo del Castillo de Sagunt sigue siendo la gran asignatura pendiente del patrimonio valenciano desde hace décadas. Pese a que el recinto recibe más de 70.000 visitantes al año, su estado de abandono no ha hecho más que perpetuarse desde que el Consell Valencià de Cultura alertó de él hace 14 años, como ha venido informando Levante-EMV. Esto ha hecho que su amplio listado de carencias haya permanecido prácticamente invariable desde mediados de los 90, mientras la administración central únicamente intervenía de forma puntual en dos direcciones: Para rehabilitar varios tramos de muralla y para financiar el nuevo el centro de visitantes acabado en 2010 junto a otro acceso, pero aún a la espera de abrirse en cuanto tenga luz; una última obra presupuestada en 200.000 euros que el ayuntamiento prevé asumir en breve, por más que el castillo sea de titularidad estatal y esté gestionado por la conselleria.
Mientras los esfuerzos de las autoridades se centraban en esas líneas, el conjunto ha seguido desangelado sin carteles explicativos, ni revelar de ningún modo al visitante su papel clave en la historia, con el asedio de Aníbal que desencadenó la segunda Guerra Púnica, su importancia en época íbera y en la del esplendor romano o en la napoleónica.
Por más que algunos colectivos locales hayan reivindicado la puesta en valor del monumento, nuevas campañas periódicas de excavaciones y rehabilitación de murallas, todo sigue pendiente, como se encarga de recordar cada año el Col.lectiu Pel Patrimoni Saguntí en su Trobada anual en el Castillo.
Esta situación, sin embargo, se podría revertir con un plan de actuación mínima como el que un historiador valenciano, Javier Ferragut, ha detallado en un proyecto de fin de máster en Patrimonio que obtuvo la máxima calificación y una carta de recomendación de la Universitat de València para la ejecución o consideración del trabajo.
Su propuesta plantea sacar del abandono al Castillo de Sagunt por sólo 50.000 ? con actuaciones durante un año y medio en varios ámbitos que detalla con precisión: Renovar y ampliar la cartelería para musealizar correctamente el espacio y que el visitante obtenga información de cada zona, colocar medidas de seguridad para evitar los numerosos lugares peligrosos, hacer rutas por el lugar, ofrecer guías, mejorar la limpieza y retirar desde las chumberas a los gatos callejeros.
Ferragut desarrolla cada una de estas ideas y, además de ubicar en un plano la situación de los nuevos carteles, hasta los diseña, ilustra y redacta. Junto a ello, enumera todos los sitios peligrosos donde aboga por colocar vallas y barandillas para evitar caídas, además de proponer cubrir algunos restos para protegerlos y eliminar las «chumberas» invasoras; algo que ya se combate desde hace meses tras la introducción de insecto depredador. Todo ello, con un doble objetivo: «Contribuir a la conservación de los vestigios y mejorar su oferta didáctica para conseguir atraer un turismo cultural, con una visita didáctica y amena con la que el visitante, al salir del Castillo, quede totalmente satisfecho y haya comprendido todo lo que ha visto. Algo que ahora no ocurre», decía.
Estas aportaciones concretan, en realidad, muchas reivindicaciones históricas de colectivos de Sagunt y facilitan su puesta en práctica. «Es un proyecto perfectamente ejecutable y viable», afirmaba a Levante-EMV el presidente de la comisión académica del máster en Patrimonio de la Universitat, el catedrático José Luis Jiménez. «Le escribí una carta de recomendación „añadía„ porque incluye un conjunto de propuestas de actuación de gran interés y alto grado de ejecución, además de haber hecho un diagnóstico preciso del estado del monumento, incluso con encuestas a muchos visitantes».
