De asta de ciervo, de hueso de canillas de toro, de nácar, de ébano, de palo santo, de palo rosa, de varillaje en carell o elaborados con técnicas ya desaparecidas como el «grill». El primer museo del abanico de España ya es una realidad y se puede visitar en Aldaia, en la «Casa de la Llotgeta», cuna del abanico por excelencia. Sin embargo, doce familias, al menos, son los verdaderos protagonistas del proyecto ya que han cedido o donado sus colecciones particulares para hacer realidad un sueño que ha costado lo suyo pero, por fin, se puede visitar: El Museo del Palmito d'Aldaia (MUPA).

Y es que el museo acoge verdaderas joyas. Las vitrinas guardan piezas que datan del siglo XVIII „la pieza más antigua es de 1720„ y muestran abanicos de lo más variado, con diferentes estilos, antiguos y modernos, de coleccionista, en miniatura... fabricados en cualquier parte del mundo (hay «palmitos» españoles, italianos, franceses, holandeses, ingleses, asiáticos...), muchos de ellos con un valor que podría superar, con facilidad, los 10.000 euros.

Pero el museo no solo muestra una colección digna de visitar. El recinto cuenta con una escenografía especialmente creada para conocer la historia y evolución de la artesanía del abanico y de los principales artesanos de Aldaia, del pasado y del presente. Pero ahí no queda la cosa. Un amplio repertorio de maquinaria tradicional, herramientas y utensilios cierran una muestra que deja al descubierto todos los secretos del «palmito».

La alcaldesa de Aldaia, Carmen Jávega y el presidente de la asociación de abaniqueros, Manel Rochina, inauguraron ayer el esperado MUPA en una jornada donde hubo un homenaje a las familias que han aportado sus colecciones , charlas relacionadas con el «palmito» y talleres infantiles para los más pequeños.

En la inauguración, Jávega destacó un museo que es «la ventana perfecta» para «mostrar al mundo lo que somos y lo que constituye el mundo que rodea la fabricación del abanico». Rochina, por su parte, reconoció el valor «artístico y etnológico» de una muestra «de valor incalculable». El presidente de los abaniqueros, además, reivindicó el abanico español «el mejor, sin duda», aseguró que es una pieza «que no debería estar restringida solo a las mujeres» e invitó a todos los que lo deseen a visitar el MUPA y descubrir los secretos que esconde. Que no son pocos.