Cullera pudo dispararen la noche del sábado —cumpliendo la legalidad y sin incidentes— el castillo de fuegos artificiales de la «Baixà» de la Mare de Déu del Castell que hace un año calcinó 3,4 hectáreas de monte y le costó la imputación al alcalde de la localidad. La solución adoptada por el consistorio para no romper con la tradición, como informó Levante-EMV, ha consistido en trasladar el espectáculo pirotécnico a la zona del Prado, un espacio ubicado en el margen derecho del río Xúquer, frente al núcleo urbano.

A pesar de que la Ley Forestal prohíbe lanzar cohetes en determinados tramos de cauces fluviales y barrancos, Cullera ha sorteado la controversia porque el punto en cuestión se localiza en la desembocadura del cauce, que no se considera zona forestal. Por primera vez en la historia de las Fiestas Mayores de Cullera, el escenario del evento no fue la falda de la montaña que corona el Castillo. Hace un año, el ayuntamiento desoyó las advertencias de los bomberos, hizo caso omiso al nivel 3 de preemergencia decretado por fuertes vientos y autorizó los fuegos artificiales. La normativa fija para este tipo de actos una distancia mínima de 500 metros con suelo forestal, cuestión que la decisión no tuvo en cuenta. La controversia posterior es conocida: la montaña de Cullera ardió y el alcalde, Ernesto Sanjuán, continúa imputado por un delito de prevaricación medioambiental.

Fuera de la zona forestal

El sábado, los vecinos del municipio pudieron asistir al espectáculo, que corría a cargo de la pirotecnia Ricardo Caballer, desde el Pont de Pedra, la lonja pesquera y las inmediaciones del Club Náutico, en la orilla del río opuesta al lugar desde donde se lanzó el castillo, que, según informaron fuentes de la Policía Local, transcurrió con normalidad y «sin ningún incidente». El alcalde cullerense aseguró la semana pasada que tenía aprobado «todo el proyecto necesario» para dispararlo.

El PSPV, sin embargo, denunció el viernes a la Guardia Civil una tala de cipreses ordenada por el consistorio en la zona contigua a los fuegos artificiales, según los socialistas para que los espectadores pudieran ver de manera correcta el evento. Cuando los agentes se personaron en el lugar, los trabajos se paralizaron. Fuentes municipales justificaron la actuación por el mal estado de los árboles y subrayaron que la Benemérita se limitó a informar de la necesidad de comunicarla a la jefatura de Puertos, que posteriormente habría concedido el permiso, según el ayuntamiento.

La zona del Prado está a 500 metros de la montaña. La decisión de lanzar el castillo en Cullera, aunque legal, choca con la prohibición de la parte aérea de las mascletaes de Alzira en fallas, vetadas porque el disparo se efectuaba a menos de esa distancia de un barranco sin casi vegetación.