Miles de personas participaron ayer Llíria en la tradicional rogativa en honor de Sant Vicent Ferrer, copatrón de la capital del Camp de Túria. La multitudinaria peregrinación discurrió desde la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora hasta la ermita, situada junto a la fuente donde el santo habría hecho brotar un manantial.
El alcalde de Llíria, Manuel Izquierdo, junto a la corporación municipal, la Cofradía de Sant Vicent y los mayorales de este año acompañaron a la imagen del santo durante el recorrido de unos cuatro kilómetros. Los romeros disfrutaron de un almuerzo popular y, posteriormente, se ha celebró una misa, además de la tradicional y centenaria bendición de las aguas junto al olivo donde predicó Sant Vicent en 1410. A continuación, en el retorno a la localidad, a la llegada a la iglesia de María Madre tuvo lugar el encuentro entre las imágenes de Sant Vicent y Sant Miquel.
Esta peregrinación recuerda el milagro del santo en la ciudad. Según las fuentes históricas, en 1410 el antiguo manantial estaba prácticamente seco, por lo que el Consell General de la villa de Llíria, reunido en sesión extraordinaria, acordó que sus jurados fueran al valle de Albaida al encuentro de Sant Vicent, quien atendió sus requerimientos. Tras tres días de abstinencia y penitencia colectiva, los vecinos, las autoridades, el clero y la comitiva de flagelantes y penitentes que seguían al fraile se trasladaron el 30 de agosto en rogativa hasta el manantial en donde obró el milagro de hacer brotar de nuevo el agua.