Los vecinos de Benetússer andan revolucionados estos días ante la insólita posibilidad de acabar sus días enterrados en un pueblo que no sea el suyo. Por cuestiones administrativas al cementerio municipal sólo le queda un nicho libre y, aunque el ayuntamiento mete prisas a la empresa que edifica de urgencia 25 nuevas sepulturas, parece que éstas no estarán disponibles hasta finales de semana, algo que podría ser demasiado tiempo si al menos dos vecinos mueren en las próximas horas.
El asunto le está quitando el sueño no sólo a los habitantes de Benetússer, sino también (sobre todo) a su alcaldesa, la popular Laura Chulià, que no quiere ni imaginarse la posibilidad de que uno de sus ciudadanos tenga que ir a descansar eternamente a una localidad vecina. «Sería una situación muy desagradable que en absoluto queremos que ocurra», asegura mientras cruza los dedos. Así que el ayuntamiento se puso hace unas semanas manos a la otra tras comprobar que el proyecto de construcción de un columbario que la Diputación tiene en marcha iba con casi un año de retraso.
«La gente está preocupada „admitía ayer el enterrador en una mañana tranquila por lo desapacible del tiempo„. Muchos vecinos, sobre todo los más mayores, están haciendo cábalas y preguntándose qué pasará si no pueden ser enterrados aquí porque ninguno se había planteado hasta ahora que algo así pudiera ocurrir». Ante esta situación, el responsable del cementerio tiene que responder prácticamente a diario a las inquietudes que le plantean sus conciudadanos. «Me preguntan si los nuevos nichos llegarán a tiempo para que ningún difunto tenga que ser llevado a otro pueblo» y él siempre les responde que sí.
Y es que el hombre, por indicación de la alcaldesa, ya ha localizado todos los posibles nichos que podría utilizar el ayuntamiento en un caso de extrema necesidad. De momento ha encontrado «seis», aunque la intención municipal «es no tener que echar mano de ellos y emplear los nuevos espacios que se levantan a contrarreloj. «Dos son de titularidad municipal y el resto podrían ocuparse en un momento dado, pero habría que regularizar su situación», explica.
Se trata de varias sepulturas que se edificaron hace años, cuando el entonces socialista José Enrique Aguar (hoy cabeza de lista por Ciutadans) aún ostentaba la vara de mando y se podían vender los espacios funerarios. De hecho, los dos nichos recuperados por el consistorio proceden de «las renuncias de las familias que los tenían en propiedad» y, los otros, se encuentran en idéntica situación aunque aún no son de titularidad municipal. Pese a todo, y «para evitarse problemas», el ayuntamiento preferiría no tener que utilizar esta «opción de emergencia» y poder emplear ya el nuevo columbario (25 sepulturas y cuatro espacios para urnas cinerarias). No obstante, la mandataria tiene claro que no tocará la edificación «hasta que no esté finalizada y recepcionada» por el consistorio. Los operarios trabajan a destajo desde Semana Santa para acabar lo antes posible y la previsión es que, a finales de esta misma semana, la obra ya esté finalizada.
