Llega un coche de color oscuro y para con la parte trasera mirando hacia la puerta. Primero se detiene cerca y unos segundos después se aleja unos metros. Con el motor en marcha y las luces encendidas, como esperando para reanudar la marcha a toda prisa, se abre la puerta del acompañante y se baja una persona del vehículo, no cierra. Del asiento trasero saca lo que parece una caja de color blanco que, tras andar unos metros, deja abandonada a la entrada del refugio de animales de la Banyosa. Tras ello regresa al coche caminando deprisa y reanudan de nuevo la marcha.

Esa fue la escena que captaron las cámaras de seguridad del albergue que gestiona la Sociedad Protectora de Animales y Medio Ambiente de la Safor (Spama), ubicado en Gandia. En la caja que esta persona abandonó había nada menos que ocho cachorros de perro de, según las estimaciones de los veterinarios de la entidad, apenas unos 15 días de vida y los acababan de separar bruscamente de su madre.

La escena se repite habitualmente pero lo que encontraron cuando abrieron la puerta dejó perplejos a los trabajadores del refugio. Con tan pocos días de vida, explica Salvadora Tormo, presidenta de Spama, los ocho cachorros necesitarían estar al menos un mes más con su madre para poder sobrevivir.

Se supone que las personas que dejaron abandonados a los pequeños animales son los propietarios de la madre, a la cual, a su vez, han privado de sus hijos a los pocos días de nacer.

Los operarios del refugio se hicieron cargo rápidamente de la situación, introdujeron a los cachorros en el interior del albergue y empezaron a alimentarlos con biberones.

Se les sometió a una primera exploración y se comprobó que todos ellos estaban en buen estado de salud, señala Tormo.