La leve reactivación del sector de la obra pública en la Comunitat Valenciana ha provocado un aluvión de ofertas de empresas que quieren optar a obras que hace 8 años —antes de la crisis inmobiliaria— sólo interesaban a pequeñas constructoras o para las que incluso era difícil encontrar contratista que las acometiese. Un buen ejemplo es el concurso para realizar la reforma y ampliación del colegio de Nàquera, el CEIP Emilio Lluch, al que optan 43 empresas de toda España y que está en marcha actualmente. Los técnicos de la Conselleria de Infraestructuras, que adjudicará las obras «por encomienda de la gestión de la Conselleria de Edudación», valorarán la mejor oferta técnica el próximo 5 de mayo día en que será la apertura de plicas técnicas. Las aspirantes que superen esta primera criba optarán a la segunda, el próximo 22 de mayo, con las ofertas económicas, que es la definitiva.
Fuentes de la Conselleria de Inafrestructuras explicaron que a finales de junio, salvo que haya posibles recursos por parte de alguna empresa descartada, se confía en que se publique la adjudicación, y en julio, podrían iniciarse las obras.
Las mismas fuentes confirmaron que una vez puesto en marcha este proceso administrativo «no hay posible decisión política que lo pare». Esto quiere decir que el resultado que arrojen las urnas el 24 de mayo ya no afectará a la ampliación del CEIP de Nàquera, que está aprobada y consignada. Otra cosa es que surjan impedimentos de tipo constructivo o técnico que retrasen la ejecución, pero en cualquier caso el objetivo de la Generalitat es que las obras puedan iniciarse en verano. Además, responde a una promesa del president Alberto Fabra, incumplida en gran parte, ya que el jefe del Consell anunció en una comparecencia parlamentaria que 14 centros, entre los que figura este de Nàquera estarían acabados y en marcha antes de mayo de 2015.
La gran afluencia de empresas a este concurso responde a la tónica detectada por Infraestructuras durante el último año. «La reactivación de la obra pública, —pese a tratarse de proyectos con presupuestos relativamente bajos, de entre 5 y 10 millones, como los necesarios para construir o mejorar colegios e institutos—, ha animado a los contratistas a optar a este tipo de licitaciones», señalaron las mismas fuentes. Hay que tener en cuenta que entre 2011 y 2015, durante el mandato en curso, apenas si se han sacado a concurso obras, porque la administración autonómica «ha optado por priorizar otras cuestiones, por pagar contratos pendientes o por acabar las relacionadas con el transporte como el Metro de Riba-roja de Túria, donde construir 9 kilómetros de vías y dos estaciones, ha supuesto una inversión de 80 millones; o el TRAM de Castelló, que ha requerido un esfuerzo inversor de 100».
Procedimiento reglado
Las mismas fuentes de Infraestructuras insistieron en la imparcialidad del proceso para escoger a la adjudicataria que tendrá que acometer la reforma y ampliación del CEIP Emilio Lluch. La mesa de contratación está compuesta por los técnicos de la conselleria que valoran en función de un procedimiento reglado y de una baremación objetiva.
En el primer corte, siguiendo la tendencia de otros concursos, suelen quedar excluidos la mayor parte de las aspirantes, por carecer del personal o la maquinaria suficientemente cualificada para efectuar esta obra.
En la segunda fase, el precio final es el elemento decisivo teniendo en cuenta que los fedatarios públicos «buscan evitar las bajas temerarias que ponen en peligro la seguridad y viabilidad de la ejecución», finalizaron las mismas fuentes.
