El joven saguntino Darío Moreno se ha creado un significativo hueco en las Naciones Unidas y desde hace meses trabaja para eliminar la corrupción internacional. Su labor como consultor del Programa de la ONU para el Desarrollo le permite resolver dudas en casos contractuales, en la promoción empresarial de la agencia y en la revisión de casos de corrupción, la faceta que más motiva y recompensa al joven.
«Parece contradictorio, pero es lo más gratificante» explica. «Tenemos una política de tolerancia cero con la corrupción y ver cómo lo llevamos a cabo es reconfortante. Algunos amigos me preguntan si no es un poco deprimente ver cómo se malgasta el dinero de ayuda al desarrollo, pero para mí es todo lo contrario. Esos casos son una excepción y además actuamos contundentemente para minimizar sus efectos. Formar parte de eso me enorgullece», afirma.
Moreno es parte de un equipo en el que según relata prácticamente cada persona es de una nacionalidad diferente. El saguntino se encuentra ahora trabajando con gente de México, Lesoto, Australia, Filipinas, Bután o Indonesia, entre otros, lo cuál define como una experiencia más que positiva.
Las ayudas que tanto Darío Moreno como sus compañeros protegen y gestionan van destinadas a 170 países de todo el mundo y se emplean tanto en material médico en Zimbabue como en limpiar un río en Argentina o ayudar a las mujeres de la India a ser autosuficientes.
Trabajo en Hong Kong
Este joven valenciano ya trabajó anteriormente en el Consulado de España en Hong Kong y sigue superando retos, gracias, según confiesa, al apoyo de sus padres, su familia y amigos.
Durante sus viajes, uno de los episodios que con más rabia recuerda fue el conflicto en el PSPV de Sagunt, que acabó con la secretaria local expedientada. Moreno, un orgulloso militante socialista apunta que «la solución no pasaba por expulsar a todo el mundo y volver a reafiliar a unos cuantos. Mientras Pedro Sánchez pedía a todas las agrupaciones que atrajésemos a gente al PSOE, en Sagunt se hizo un esfuerzo directo (expulsiones) e indirecto (disolución del partido) para reducir la militancia y que los mismos de siempre siguieran controlando la lista electoral. Una verdadera lástima».
Aunque muchos compañeros le han animado a entrar en política local, Moreno admite que no le ofrecieron integrarse en la lista municipal y que además tampoco hubiera aceptado. Reconoce que no se siente identificado con el actual proyecto y que existen muchos cambios que deberían sucederse. Aún así nunca ha contemplado dejar de militar en el PSOE. «Hay que cambiar internamente y necesitamos a más gente rebelde dentro del partido», declara.
Aunque lleva tres años y medio fuera de Sagunt, donde había habitado ininterrumpidamente hasta ahora, no descarta seguir en Nueva York durante un par de años más trabajando en la gestión de proyectos y de equipos para así volver con el máximo de experiencia.
