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El modelo territorial.

El sueño recuperado de las Comarcas Centrales Valencianas

El cambio político en la Generalitat y en los ayuntamientos saca del letargo la idea de las «áreas funcionales» que superen la estructura provincial El eje Gandia-Alcoi lo intenta desde los años 90 pero la Administración lo abortó

A principios de los años noventa el gandiense Néstor Novell, miembro del Centre d'Estudis i Investigacions Comarcals Alfons el Vell, planteó un cambio en el modelo territorial que, en el caso de la comarca de la Safor, consistía en una especie de alianza entre las ciudades que forman parte de una región del centro-sur de la Comunitat Valenciana, alrededor del triángulo que delimitan las ciudades de Gandia, Xàtiva y Alcoi.

Lejos de fijar líneas o fronteras, ese espacio estaría integrado por la Safor, la Vall d'Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés, l'Alcoià, el Comtat y la Marina Alta. Siete comarcas «separadas» por el límite provincial.

La idea no era más que buscar soluciones a los problemas comunes y fijar políticas que potenciaran el desarrollo, fundamentalmente en el ámbito de la economía, pero también en el de la interrelación de personas, una «vertebración» que en esta misma zona existió tiempo atrás.

Estudios universitarios, sociológicos y hasta un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) avalaban plenamente las potencialidades de ese territorio si las principales ciudades que lo lideraban se unían en una estrategia común.

Pero aquello chocó con el «status» político y se quedó en casi nada. Al frente de la Generalitat, ni Joan Lerma, ni Eduardo Zaplana ni Francisco Camps quisieron ir más allá de las fotos y de las buenas palabras. Aquello se interpretó como una «rebelión» contra el modelo territorial valenciano, fuertemente marcado por la división entre provincias y las áreas metropolitanas de Valencia y Alicante. Así, mientras unos celebraban el nacimiento del Consorcio de las Comarcas Centrales Valencianas (CCV) otros no escondían que en la misma jornada se enterraba.

«Se han perdido veinte años», reconocen ahora muchos de quienes entonces apostaron por una idea que solo buscaba aprovechar las potencialidades de un territorio habitado por casi medio millón de personas que desde los años 90 ha visto perder el 20 % de su actividad económica, según datos revelados por Néstor Novell, uno de los «ideólogo» de aquel proyecto.

A quienes pretendían reivindicar infraestructuras, potenciar la creación y la cultura colaborativa de pequeñas y medianas empresas, impulsar institutos de tecnología e innovación, abrir campus universitarios, crear un área logística para potenciar el puerto de Gandia o exigir dinero de la Unión Europea para el desarrollo se les acusó, con argumentos vacíos, de querer crear «una cuarta provincia» y así «romper» el mapa de la Comunitat Valenciana. «Ningún partido político lo tenía claro», reconocía Novell a este periódico el lunes pasado.

La pregunta ahora es si desde entonces esa «ceguera política» ha desaparecido o sigue viva.

Hace dos meses, en plena campaña electoral, los candidatos del PSPV a las alcaldías de cuatro de las principales ciudades de ese territorio, Alcoi, Xàtiva, Ontinyent y Gandia, organizaron una jornada de «turné» por sus ciudades para reivindicar el espíritu de la CCV.

Aquello se presentó como «la alianza de capitales» que pretende «superar el fallido modelo» del Consorcio de la CVV pero que, al mismo tiempo, reivindican este territorio como «el espacio idóneo para la toma de decisiones que generen ocupación».

La diferencia entre lo que se planteó hace 20 años y lo que los candidatos socialistas han resucitado ahora solo estriba en que entonces se impulsó una «estructura administrativa» que se materializó en el Consorcio, y ahora se plantea como una especie de «lobby» para reivindicar políticas que no sigan arrinconando este pedazo de la Comunitat Valenciana que ha sufrido un cierto abandono en infraestructuras y, consecuencia de ello, ha perdido competitividad respecto al resto del territorio.

Los candidatos ya son alcaldes

Los cuatro candidatos a alcaldes que reivindicaron la «alianza de capitales de comarca»» han sido «agraciados» por las urnas y todos ellos están ahora al frente de sus ayuntamientos. Antonio Francés en Alcoi, Jorge Rodríguez en Ontinyent, Roger Cerdà en Xàtiva y Diana Morant en Gandia. Y socialista es también el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, y la de Cocentaina, Mireia Estepa, que también entran en este territorio.

Para «colmo de bienes», se da la «confluencia astral» de haber ganado la Generalitat Valenciana, una Administración fundamental que frenó el proyecto. Los alcaldes socialistas, y todavía con más fuerza los muchos de Compromís que existen en las CCV, han reivindicado ese cambio en el modelo territorial valenciano que desemboque en tener más en cuenta las necesidades de las comarcas.

Pocos entenderán cómo en los últimos 20 años de «riqueza», donde se han invertido miles de millones de euros en infraestructuras, todavía el tren se pare en Gandia y para ir de esta ciudad a Alicante se empleen medios y horarios de hace décadas. Menos aún que desde Alcoi a Xàtiva el tren circule a la velocidad de un ciclista. Hace seis meses que entre Alcoi y Gandia no se puede ir en transporte público. Cruzar Oliva por la carretera nacional representa una auténtica humillación frente a otras zonas, o, peor aún, que comarcas enteras, como la Canal de Navarrés, estén en pleno proceso de despoblación porque la Administración ha parado el tiempo y no ha pensado en un proyecto global de desarrollo a medio y largo plazo que permita generar empresas y empleo.

Las diputaciones de Valencia y Alicante se han dado la espalda y, como si se tratara de dos continentes distintos, han ejercido políticas que fomentaron la división más que la unión territorial. Ni siquiera han construido el puente que prometieron para superar el río Molinell entre los términos de Oliva y Dénia. Los encantos de las áreas del interior siguen estando en otra galaxia, sin poder aprovecharse de los turistas que cada verano abarrotan las playas.

Durante los últimos veinte años quienes más han clamado ante la Administración han sido los empresarios y, gracias a ellos, algunos proyectos salieron adelante, como la inconclusa autovía Gandia-l'Olleria, que ha revitalizado una parte del tejido productivo de la Safor y de la Vall d'Albaida.

Alcaldes del PSPV, muchos respaldados también por concejales de Compromís, vuelven a levantar ahora la voz ante una Generalitat del mismo color para poner a las Comarcas Centrales Valencianas en el mapa de las inversiones y de los proyectos que fomentan el desarrollo. Solo el tiempo dirá si esta nueva «alianza de capitales de comarca» que sustituye al viejo «consorcio de las CCV» sirve para algo o es otro intento que nace muerto.

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