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Solidaridad

La vida en un parque

Vecinos de Albal exigen una solución para un hombre que vive cuatro años en un jardín - Reclaman a las instituciones que lo lleven a una residencia por su salud y por los problemas de convivencia que genera

La vida en un parque

Residentes de un barrio de Albal reclaman al ayuntamiento una solución «urgente» para un indigente que vive en un parque desde hace unos cuatro años, tanto en invierno como en verano. Los vecinos explican que llevan meses trasladando quejas al consistorio sobre este asunto porque «una persona no puede estar en esas condiciones» y porque, con el tiempo, se ha convertido también en un problema de convivencia para la zona.

Los afectados indican que este hombre, hay temporadas que va y viene, pero «también hay otras que pasa semanas y semanas sin moverse del parque». Allí, junto a un banco, ha colocado dos sillones viejos donde sentarse y tiene también un colchón en el que duerme. En ocasiones en este tiempo, los vecinos le han ofrecido una tienda de campaña para refugiarse en invierno «pero la ha rechazado». «Al principio, hace varios años, le llevábamos caldito o comida pero con el tiempo es muy difícil tratar con él», lamentan.

Fuentes municipales indican que el principal problema de este indigente y probablemente el que le ha llevado a estar en la calle es el alcoholismo. «Bebe mucho y luego eso crea problemas, a veces bebe en grupo con otras personas, lo que no es recomendable en un parque que frecuentan niños», dicen los vecinos para añadir que «de hecho ese parque ya prácticamente no se utiliza».

Acumulación de basura

La situación de deterioro personal al llevar al menos cuatro años en la calle, le hace «acumular todo tipo de basuras» que provocan hedor en esa zona pública por lo que periódicamente operarios del ayuntamiento tienen que ir a llevarse los trastos y realizar una limpieza y desinfección de la zona. «Pero a los pocos días vuelve a empezar y así estamos siempre», narran los vecinos de la localidad.

En este barrio no se entiende cómo las instituciones permiten que esta situación se prolongue en el tiempo. «Una persona no puede estar en la calle, ni vivir entre basuras. Ni tampoco los residentes en esta zona tenemos que verle cada día hacer sus necesidades en el parque o hacérselas encima. Este hombre necesita ir a una residencia o a algún lugar donde se le trate», explican.

Los vecinos aseguran que están hartos de trasladar estas quejas por escrito, verbalmente o a raíz de las redes sociales al consistorio, sin haber logrado una solución.

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