La merma de asistencia a las cucañas marítimas del Port de Sagunt fue el aspecto más destacado de este acto festivo que lleva celebrándose durante décadas en la dársena pesquera del puerto. La ausencia de la comisión de fiestas y de los representantes de las más de 55 peñas que conforman la federación, se dejaron sentir en el recinto, que año tras año se abarrota y que esta vez no fue así. Los habituales a las cucañas hablaban de un 50% menos de presencia respecto a otros años, lo que se ha notado en las pruebas, que han contado con menos participación de lo habitual.

La medida de protesta de la federación de peñas de no acudir al festejo ni organizarlo caló entre la sociedad porteña que no acudió en masa, como en otras ediciones, a disfrutar de las cucañas, lo que deslució el acto, que tampoco tuvo a su favor las condiciones meteorológicas, ya que la tormenta de las 7.00 horas pudo ser otro obstáculo para asistir a verlas.

Estas circunstancias también hicieron que se resintiera la participación en las pruebas. Un ejemplo fue la travesía a nado, en la que de 350 personas apuntadas días antes, más otros 20 apuntados in situ, no llegaron a realizarla ni 300, tal y como revelaron los organizadores. «Han llegado a meta solo 245; menos nadadores que en años anteriores». Lo mismo en la prueba del palo engrasado. Pero sobre todo, se notó en la prueba de la suelta de patos, la gran protagonista de la jornada, en la que estuvieron puestas todas las miradas por si algún pato vivo se colaba. En lugar de éstos, el tripartito optó por lanzar patos de goma y pelotas canjeables por premios. Cerca de 2.000 euros se repartieron en regalos, como ya se venía haciendo años tras año como medida transitoria para ir eliminado de manera progresiva las aves, aunque éstas estuvieron presentes hasta esta edición. En total, se lanzaron 150 patos de goma, de los que solo 35 adjuntaban premio, entre ellos un televisor de plasma, un ordenador portátil, radios, grabadoras?

A la ausencia de los peñistas que manifestaron el jueves su firme su posición de no acudir a las cucañas dada la negativa del nuevo equipo de gobierno a que se lanzaran patos vivos, «como manda la tradición», argumentaban algunos, se ha unido la de los representantes del Partido Popular, Iniciativa Porteña, Ciudadanos y PSPV; toda la oposición, quienes han criticado la decisión del tripartito y la forma de actuar del mismo con respecto a la suelta de patos. Desde el PP se insistía en que el informe jurídico por el que se justifica el no al lanzamiento de patos vivos no tiene fundamento y que ha servido de excusa para no autorizar la prueba. Aunque los populares van más allá y vuelen a incidir en que detrás de la decisión se esconde la intención del tripartito de apartar a las peñas de la organización de las fiestas para implantar otro modelo de las mismas donde «sean ellos los que decidan, sin tener en cuenta que las fiestas son de todos», decía el portavoz y exalcalde de Sagunt, Sergio Muniesa, quien sí que autorizó la suelta el año anterior. Pese a las voces discordantes, las cucañas transcurrieron con normalidad y sin incidentes.