Seis millones de euros de dinero público para la compra y construcción y un gran boato para inaugurarlo en el límite máximo que permitía la Ley Electoral para poder hacerlo antes de los comicios, el 30 de marzo, y a las primeras de cambio, solo cuatro meses después, el flamante retén de la Policía Local de Gandia, ubicado en la avenida de Valencia, se inundó de agua por todos los lados.

La fuerte tromba que descargó sobre la ciudad el martes, dejando picos de 180 litros por metro cuadrado en algunos puntos, sacó a la luz un gran número de deficiencias que sufre la instalación.

Según un informe elaborado por la propia policía, se produjeron filtraciones que anegaron el interior de la instalación por los conductos del aire acondicionado, en la zona de atención al público y en la de calderas. Además, salía agua de las duchas de los vestuarios que utilizan los agentes y se detectaron goteras en los pasillos en los que se encuentran las celdas de los detenidos. Se inundó el patio interior y entró agua por la segunda planta del edificio, llegando incluso a caer por las escaleras hasta el primer piso.

Una situación inesperada que generó la oportuna incomodidad para los agentes y que sorprende porque, aunque es normal que surjan problemas tras una obra nueva, nadie imaginaba que serían de tal envergadura.

El coportavoz del Gobierno local, José Manuel Prieto, denunció ayer esta situación. El edil recordó que el PP inauguró «con prisas» este inmueble el 30 de marzo, antes de elecciones, y señaló que ahora será el nuevo ejecutivo de izquierdas quien tenga que hablar con la constructora para que modifique el proyecto y arregle los desperfectos surgidos.

El socialista pidió «explicaciones» al PP por la ejecución y control de las obras y recordó las declaraciones del exalcalde del PP, Arturo Torró, y el exconseller de Gobernación, Luis Santamaría, que, el día de la inauguración, destacaron que la Central de Policía Local era «de primer nivel», «un referente en la Comunitat Valenciana» y «un símbolo».