Cuando el padre Vicente Aparicio entró por la puerta no daba crédito a lo que veían sus ojos, las puertas destrozadas, los armarios revueltos, la documentación por el suelo y las cajas fuertes sobre la mesa, forzadas, saqueadas, y sin un euro en su interior. Los dos centros para discapacitados profundos de Alberic fueron asaltados con nocturnidad y alevosía durante los días que estos han permanecido cerrados por vacaciones del personal.
El padre Aparicio, director de las instalaciones, se pasó por allí el pasado 19 de agosto y «todo estaba en su sitio», aseguró ayer a este diario. El centro Salvador Amat, que atiende a un total de 21 discapacitados psíquicos profundos, y el centro Javier Jaque, que acoge a otros 21 usuarios con discapacidad psíquica profunda y transtorno de conducta fueron desvalijados aprovechando la ausencia de personal. «Se han llevado el dinero de las cajas fuertes, que no era mucho, aunque lo peor es el destrozo que han hecho» explica abrumado el padre Aparicio.
Iban a por el dinero
La intención de los ladrones era localizar el dinero, intuye el director de los centros. «De lo contrario se hubieran llevado los ordenadores o el escáner-fotocopiadora», comenta. Todavía no han podido inspeccionar bien los centros ni cuantificar los daños materiales, pues el caso está siendo investigado por los efectivos de la Guardia Civil y «nos han pedido que no toquemos nada». Aún así saben que entre las reparaciones de las puertas, la sustitución de las cajas fuertes y los arreglos que deban efectuar en cuanto a los armarios fácilmente se verán en la tesitura de gastar varios miles de euros. No obstante, esa no es la principal preocupación del Padre Vicente, lo que le quita el sueño es que se hayan perdido o dañado los documentos relativos a las subvenciones otorgadas o en vías de ser aprobadas por parte de conselleria pues de ellas depende, en gran medida, el funcionamiento de los centros. De momento, apunta el director, «nos dedicaremos a ordenar los papeles y todo el desastre que nos han dejado», lamenta. Puede que no se llevaran los ordenadores porque era viejos, apunta, aunque «es extraño porque contaban con una pantalla plana», matiza unas de las empleadas de las instalaciones de Alberic.
Los ladrones también se dejaron el material de oficina, al menos a primera vista. En opinión del padre Aparicio debe tratarse de una especie de banda pues «esto una sola persona no puede hacerlo», sostiene el sacerdote.
Dice el padre Aparicio que ahora les toca atravesar momentos duros, está a punto de comenzar el curso escolar, los padres acaban sus vacaciones y tienen mucho trabajo por delante. Aunque, continúa, «vamos a pedir colaboración y paciencia a nuestros vecinos para poder afrontar juntos este mal trago». El cura espera no demorar la apertura de los dos centros para discapacitados psíquicos profundos, considera que «podemos atender en perfectas condiciones a los chavales», insiste, aunque tampoco descarta, dada la magnitud de los destrozos, tener que retrasar algún día la apertura de las instalaciones. Espera el director de los centros no tardar mucho en averiguarlo. De momento han presentado denuncia ante la Guardia Civil.
