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Fiestas de la Mare de Déu de la Salut

Una fiesta de altura

Algemesí alza las torres humanas y las danzas de la Mare de Déu de la Salut sin impedimiento de la lluvia

Finalmente la lluvia no condicionó la Processoneta del Matí, obra cumbre de las fiestas de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí. Las Muixerangas se elevaron sobre un cielo azul y la música y los bailes tradicionales sonaron a gloria. Muchos vecinos utilizaron los paraguas que habían traído en previsión de que lloviera para protegerse del calor. Como decía aliviado el maestro de la Nova Muixeranga, Jaume Adam, «la Mare de Déu siempre nos hace un milagro».

Poco antes de las diez de la mañana las puertas de la Capella de la Troballa ya estaban abarrotadas de gente que se mezclaba con los «muixeranguers». Empezaron entonces a dibujarse las torres humanas, mostrando ya desde el primer momento ese carácter popular y espontáneo que caracteriza a esta celebración. Cuando en 2011 la Unesco declaró las fiestas de la Mare de Déu de la Salut patrimonio inmaterial de la Humanidad lo hizo, entre otros motivos, porque promueven la participación comunitaria y eso, a los ojos de quien ve por primera vez esta procesión es lo que más llama poderosamente la atención.

El desfile despliega un amplio abanico de emociones: Una torre humana presidida por un hombre que, tras elevarse a lo más alto en plena calle, acaba entrando en el balcón de una casa, un gesto que da protagonismo a los vecinos. La la música de la Muixeranga se entremezcla con el sonido de los «Bastonets», una danza de origen guerrero. Los quinientos integrantes de la Muixeranga y la Nova Muixeranga levantaron figuras impactantes como «les torretes«, «les maries» o «els pins». Y niños de muy escasa edad fueron levantados para presidir torres humanas mientras sus familiares les observaban satisfechos desde abajo. Los «pastorets» ocuparon su espacio a las puertas de la iglesia de Sant Jaume junto a bailes como la Carxofa, Els Arquets y el Bolero.

El presidente de las Corts, Enric Morera, y el conseller de Cultura, Vicent Marzà, encabezaron una extensa representación institucional. También hubo otros invitados más populares, como el cantante de Obrint Pas, Xavi Sarrià, el escultor Manolo Boix o el escrotor Josep Franco. Morera admitió la necesidad de divulgar las fiesta «más allá de nuestras fronteras». Y el conseller Marzà subrayó la apuesta por el crecimiento del turismo cultural.

«Els tornejants» son los únicos que bailan en la parte de la procesión porque son considerados caballeros de la Mare de Déu. Para proteger a su patrona realizan una danza castrense lanzando al aire unas finas varas que se mueven a golpes secos de timbal. La varilla roza el cielo y vuelve a las manos del tornejant sin tocar el suelo. Magistral. Por primera vez, un extranjero formó parte ayer de la presidencia de la procesión. El honor lo tuvo el surcoreano Choi MyeongHee, alcalde de Gangneung, con la que se ha hermanado Algemesí. La comitiva surcoreana ponía expresivas caras de sorpresa cuando se alzaba ante ellos la Muixeranga. En Gangneung celebran bailes tradicionales en el conocido festival de Dano, pero jamás habían visto nada parecido. Seguro.

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