La pequeña urbanización de ocho viviendas, que hace años fue bautizada como «Residencial la Marxadella» en Torrent, ha sido desvalijada por completo. Gran parte de puertas y ventanas arrancadas, cristales rotos, equipamientos interiores robados, basuras y pintadas, son los signos de un grave expolio que se ha producido en los últimos meses y que se ha agravado este verano, según informan fuentes del entorno.

Este núcleo de ocho unifamiliares se construyó entre 2007 y 2008, junto a lo que actualmente es la parroquia de San Juan Bosco, detrás de la zona escolar que conforman el instituto la Marxadella y el colegio La Encarnación. El conjunto formaba una «L» y disponía de sótano, planta baja, primer piso y solarium, así como un pequeño jardín.

El residencial ocupa una superficie de 1.367 metros cuadrados y no llegó a darse de alta en el Catastro. Se planteaba como una promoción de lujo con sistema domótico, hidromasaje, instalación completa de calefacción con radiadores, tarima flotante y altas calidades en los acabados. De hecho, las viviendas, de entre 240 y 300 metros cuadrados „y de tres a cinco habitaciones„, tenían un precio de entre 400.000 y 450.000 euros en aquel momento.

La empresa que impulsó el proyecto era Rodrigo Promociones Inmobiliarias, con domicilio en Paiporta. La firma, propiedad de un sólo empresario, es la marca comercial de Promociones y Contratas Martínez Onate, que está en proceso concursal desde abril de 2014, según fuentes judiciales. La promotora tiene embargos de la Seguridad Social de Cuenca, entre otras deudas.

Todo apunta a que el caso es similar al de otras tantas mercantiles del sector de la construcción que hace una década pusieron en marcha promociones de viviendas o de naves industriales y, bien por falta de liquidez, o bien porque con la llegada de la crisis no se vendieron, han quedado a medio acabar en municipios y polígonos.

Diversas fuentes han indicado que las viviendas de la Marxadella quedaron totalmente terminadas en su momento pero nunca fueron ocupadas, posiblemente porque no se completó la venta. Aunque durante años se mantuvieron en relativo buen estado, en los últimos meses se han sucedido las entradas irregulares de personas que han expoliado el inmueble, en algunos casos por actos vandálicos y en otros para robar materiales y revenderlos en el mercado negro. A través de las ventanas incluso se detectan signos de que las casas han sido ocupadas en algún momento y se ha hecho fuego dentro.

Una vez se ha iniciado el curso, trabajadores y usuarios de los centros escolares han alertado del peligro que supone el estado de estos adosados e instan al dueño o al ayuntamiento a tomar medidas. Este diario intentó ayer contactar con la promotora pero no fue posible.