Siete años han pasado desde que la Conselleria de Transporte adjudicara la ejecución del último tramo de la Vía Verde de Ojos Negros que discurre entre Algímia d'Alfara y el Port de Sagunt. Sin embargo, la actuación nunca se llevó a cabo y continúa en punto muerto, mientras la suciedad sigue acumulándose en la zona y el abandono se hace más patente, haciendo intransitable muchos de sus tramos. El cambio político en la Generalitat ha generado esperanzas en algunos colectivos tanto valencianos como aragoneses, que, al igual que instituciones como el Ayuntamiento de Sagunt, desde hace casi una década vienen reivindicando la finalización de la Vía Verde y la puesta en valor de este último tramo, uno de los más complicados de recuperar ya que parte de este trazado fue ocupado por la autovía.

Entre estas asociaciones se encuentra Acció Ecologista Agró, que ha incluido la Vía Verde dentro de su Semana Europea de la Sostenibilidad, en la que han programado una conferencia sobre la situación actual de la Vía Verde a cargo de Paco Tortosa, autor del proyecto de recuperación de ese tramo pendiente, y una excursión reivindicativa en bicicleta para el próximo sábado. Tortosa ha adelantado a Levante-EMV que solicitará una reunión con la conselleria para pedir que se ejecute esta obra pendiente desde hace siete años. Durante todo este tiempo, el Ayuntamiento de Sagunt ha aprobado varias mociones en esta dirección, aunque las respuestas no han llegado.

Esta antigua vía minera que conectaba las minas de Sierra Menera en Ojos Negros (Teruel) con las instalaciones portuarias en el Port transportando mineral para alimentar a la siderurgia, tiene un trazado de casi 90 kilómetros, la mayor parte de ellos recuperada y convertida en vía verde para uso y disfrute de viandantes y vehículos no motorizados.

Sin embargo, quedan 20 kilómetros por acometer „la recta final del trazado„ que pese a ser la más corta es «la más costosa por las ingerencias de las obras de la autovía», que han hecho desaparecer parte de su trazado, comentaba Tortosa. Aún así, durante su recorrido todavía se pueden disfrutar de varios puentes y de una plataforma ferrovaria bien conservada aunque «muy abandonada». Precisamente, la ausencia de una consecución en el trabajo llevó al técnico encargado de la propuesta de recuperación a buscar alternativas de trazado en los caminos rurales; una intervención que contaba con un proyecto de iluminación y planes informativos para situar al visitante y darle a conocer la historia de la ruta.

Historia de un pueblo

Además de la puesta en valor de este último tramo, algunos colectivos de El Camp de Morvedre consideran que el proyecto puede ser un gran dinamizador de la economía de esta comarca potenciando el turismo ecológico en la zona, además de recuperar parte de la historia de un pueblo.