Era para muchos vecinos de Alaquàs, Aldaia y Xirivella el medio de transporte más habitual para ir a Valencia hasta que en 2008 el trazado de la línea C-3 de Renfe quedó interrumpido en Vara de Quart por la construcción del AVE. Desde entonces, para llegar a la Estación del Norte „y al centro del «cap i casal»„ es necesario hacer transbordo al metro en Sant Isidre. Este inconveniente se unió a las escasas frecuencias de trenes y al hecho de que los billetes no estén integrados en el sistema metropolitano de tarifas.

La consecuencia ha sido la caída de usuarios y el aumento en las dificultades de comunicación con la capital y el interior, de tres municipios, cuya población roza los 100.000 habitantes, que no tienen metro y dependen de un servicio de autobús deficiente. La conexión con la Estación del Norte se recuperará en diciembre, aunque el rodeo que da ahora el trazado aumentará el trayecto entre 10 y 15 minutos.

Los usuarios señalan la «incomodidad» de tener que utilizar el tren en sus desplazamientos a Valencia o incluso reconocen que han dejado de usarlo. Éste es el caso de Sara Sabina Lepage, de 32 años, y de su madre, María Gordillo, de 53. Desde que ella era pequeña acostumbraban a ir a Valencia en tren tanto a gestiones o compras como a ver Fallas y «mascletades». Lo usaba a diario cuando estudiaba. Pero desde 2008 ya no han vuelto a cogerlo. «No me gusta hacer ese transbordo y más ahora que tengo un bebé. Ahora voy en coche cuando tengo que ir al hospital o simplemente no voy a nada porque el autobús tarda mucho», explica Lepage. «A mí me han quitado la vida», asegura Gordillo en referencia al corte del trazado, que ha acabado con su costumbre de ir los sábados a pasear por el centro de Valencia.

Ramona Garrido, que acude a diario al centro para trabajar, ve que «es una pérdida total de tiempo» porque para un recorrido que antes se hacía en 12 minutos «ahora tengo que salir de casa una hora antes». Laura Tárrega, antigua usuaria habitual, ya apenas utiliza el tren. Para ir a Valencia se ha resignado a coger el autobús, a pesar de que el trayecto en ocasiones tarda 40 minutos, para evitar el transbordo de Vara de Quart y Sant Isidre, ya que ir en coche «es una locura».

Vicente Martí, agricultor de Cheste que utiliza el tren hasta Aldaia para ir a sus campos de Picanya en bicicleta, está satisfecho con el servicio de tren y también con la frecuencia, de entre media y una hora, o el precio. Por contra, Cristian Rodríguez considera que los pueblos están incomunicados. «O tienes que salir muy pronto o llegas tarde, y yo que lo tengo que coger todos los días, sufro un servicio muy malo», dice.