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Polémica

Rebelión minoritaria en Sagunt al protocolo policial

Pocas autoridades e invitados obviaron la petición de vestido corto para las mujeres en el acto del Día de la Policía Nacional

Rebelión minoritaria en Sagunt al protocolo policial

El atuendo de los invitados dio lugar a ayer a más comentarios que nunca durante la celebración de Día de la Policía Nacional en Sagunt, la primera que presidió el alcalde nacionalista Quico Fernández. Después de que la concejala delegada de Policía, Roser Maestro (EU), hubiera declinado asistir por la misa prevista y condenara la petición de «vestido corto» para las «señoras» y «traje oscuro» para los «señores», el vestuario escogido por cada uno en nada parecía casual. Ahora, la «rebelión» fue minoritaria y el cumplimiento del protocolo de la Policía Nacional se impuso en la mayoría de los casos. Sólo hubo algunas excepciones que, como en los dos últimos años en que se dan estas indicaciones, nadie reprobó.

El pantalón claro del alcalde de Estivella, Francesc Mateu, la chaqueta beige del edil de Cultura de Sagunt, José Manuel Tarazona, la azulona del socialista Francisco Crispín y los pantalones de la también concejala del PSPV en Sagunt Natalia Antonino fueron las notas «discordantes» de esa «etiqueta» requerida para la ocasión que los numerosos empresarios asistentes cumplieron a rajatabla, al igual que la mayoría de representantes de otras asociaciones y entidades.

Exigencia del mando policial

Esa exigencia, como explicaron desde la comisaría de Sagunt, en ningún caso era un capricho de los mandos locales, sino que viene recogida en una resolución emitida en 2013 por la Dirección General de la Policía, donde se incluye el protocolo de los actos institucionales del Cuerpo Nacional. Se trata de un texto tan exhaustivo que hasta recoge el modelo de invitaciones, donde se precisa el atuendo para «señoras» y «señores».

Aún así, hubo autoridades que se ajustaron a la invitación, pero también reclamaron cambios. El alcalde de Sagunt, Quico Fernández (Compromís), era uno de ellos, si bien fue de los pocos que acudió sin corbata. «Creo que es un protocolo que hace falta cambiar porque no responde a la situación actual del siglo XXI y en cuestiones de este tipo y de la misa, tendría que modernizarse», aseguraba.

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