Los cultivadores de caqui de la Ribera llevan un tiempo observando sus plantaciones y temiendo que sus peores sospechas se hicieran realidad. Y así ha sido. Nuevas y conocidas plagas están amenazando la rentabilidad de la fruta. La mosca blanca «Dialeurodes citri», el minador de brotes y frutos «Anarsia linatella», la barreneta «Cryptobables guinidiella» e incluso los topos se están dejando ver por las extensiones agrícolas de la comarca.

Ferran Gregori, técnico agrícola de la Unió de Llauradors, admite que la rentabilidad del caqui puede estar en peligro debido al incremento de los costes de producción. «Las plagas se pueden combatir, pero el bolsillo se resiente» explica este experto en caquis y cítricos de la Unió.

La mosca blanca, que tanto castigó a los campos de naranjos, ha logrado adaptarse y colonizar algunos núcleos de cultivo dedicados al caqui. En ciertas zonas de la Ribera, en concreto en Alginet, Alzira, Algemesí o Sueca se ha detectado un fuerte ataque de una mosca blanca no habitual en el caqui y que origina unos importantes daños indirectos entre los que cabe destacar el desarrollo de la «negrilla». Un hongo que puede llegar a cubrir toda la planta -dificultando la fotosíntesis- y que además puede producir manchado de frutos con la consiguiente depreciación comercial, potenciación de otras plagas e ineficacia de los plaguicidas, explica Gregori. Pero aún hay más.

«En algunas parcelas de la Ribera hemos comprobado los efectos del ataque de la «Anarsia lineatella» que está pasando de las melocotoneros a los campos de caqui». El minador es un lepidóptero que provoca daños al alimentarse de los brotes que deshidrata mientras que las larvas atacan a los frutos de los árboles.

Asimismo en las parcelas cercanas al Xúquer, concretamente en el término de Riola, «tenemos constancia de una desmesurada y descontrolada presencia de topos que está provocando, incluso, la muerte de algunos árboles, en este caso naranjos».