El jefe del servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura, Vicente Dalmau, ha emitido un informe en el que avala la conveniencia de la quema de rastrojos procedentes del cultivo del arroz por razones fitosanitarias. En esencia, el técnico asegura que se admite la quema, una práctica que rechaza la Unión Europea, cincunscrita al control de malas hierbas.
Con esa autorización, que permite una mayor laxitud en la aplicación de la norma y también incendios en una mayor superfice, los arroceros han comenzado ya a quemar los primeros rastrojos tras la siega del cereal. Las quemas comenzaron ayer mismo en determinados puntos de la comarca de la Ribera.
En todos los casos, la superficie en que la Generalitat ha autorizado las quemas es mayor que en 2014, cuando se prendió fuego a menos de 500 hectáreas en el entorno del lago de l'Albufera.
Pero ahora, la conselleria estima que la quema de los rastrojos de la paja del arroz es una técnica eficaz para solucionar problemas de malas hierbas, de enfermedades y de insectos, así como para hacer frente a la falta de disponibilidad de productos fitosanitarios y una herramienta para reducir la dependencia y el consumo de plaguicidas.
Según el informe del jefe del Servicio de Sanidad Vegetal, entre los problemas «más preocupantes» que se ocasionan durante el cultivo del arroz, están precisamente los provocados por las malas hierbas, aparición de enfermedades ocasionadas por hongos y daños causados por el lepidóptero Chilo suppressalis, cucat del arroz. Especialmente importante ha sido la reciente detección de varios focos de una nueva mala hierba Leersia oryzoides que se ha extendido a lo largo de distintas zonas durante la campaña del 2014 y 2015. En particular se ha observado una alta incidencia en diversas parcelas de los Polígonos 11 y 12 del término municipal de Sueca, en el polígono 8 de Sollana y también se ha comprobado su presencia puntual en el polígono 13 de Sueca, el 13 y 21 de Sollana, el 5 de Albalat y el cinco también en Riola y Corbera.
Zonas de alto riesgo
Asimismo se identifican como zonas de alto riesgo de invasión las zonas colindantes a las afectadas y las situadas «aguas abajo» como son los polígonos 16, 17 y 59 de Cullera, y el polígono 10, 33, 58 y 60 de Sueca. También se consideran de alto riesgo las tierras de fácil inundabilidad situadas en las inmediaciones del lago o en cotas más bajas.
Las recomendaciones para el control de esta mala hierba consisten en quemas de los rastrojos para reducir la cantidad de semilla y eliminar fuentes de reproducción vegetativa. Además, en los últimos años la UE ha prohibido determinados productos herbicidas y los tratamientos están cada vez más limitados.
