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22.360 metros de traca explotaron ayer durante 34 minutos de forma ininterrumpida en Alzira y aspiran a entrar en el libro Guinness de los récords como la traca más larga de la historia al haber superado a priori la marca de 21.096 metros que hace trece años estableció en Sueca la Associació d’Amics del Coet. Tanto la Pirotecnia Crespo, encargada de la fabricación de la traca, como la falla Albuixarres-Camí Fondo, promotora de esta iniciativa que tenía además un carácter solidario, festejaron con gran efusividad la bomba final de un espectáculo que reunió a numeroso público en Tulell.

El único pero que puede encontrar la validación del récord es que la traca llegó al tramo final de la avenida Adrián Campos con cinco líneas de fuego -también en una calle intermedia se apreciaron dos frentes- si bien el pirotécnico Vicent Rodríguez defendió que el final lo había preparado así de forma intencionada «para que fuera más rápido» ya que inicialmente había estimado en más de una hora la duración de la traca. Cierto es que la bomba fue lo último que explotó de la traca tras unos segundos de retención para generar suspense y dio paso a una gran ovación tras una tensa mañana en que la gran afluencia de público desbordó a la organización y, especialmente con la traca ya encendida, hubo un riesgo muy elevado de que las personas que cruzaban por la calle la pisaran y acabaran provocando algún corte.

Temor a los cortes

Ese era el principal temor de los organizadores, que podían permitirse hasta dos cortes, los mismos que se produjeron en Sueca en 20o2, para no perder las opciones de entrar en el Guinness, según explicó Jaime Rosell, uno de los impulsores en el seno de la falla de esta iniciativa que tenía como objetivo principal recaudar fondos para la Asociación de Padres de Niños Oncológicos. No consta que se produjera ningún corte en el recorrido y el notario que siguió el acto certificará que ardieron los 22.360 metros de traca que inicialmente había medido.

Ocho operarios de la Pirotecnia Crespo y una treinta de falleros y voluntarios trabajaron desde las seis de la mañana y hasta pasadas las once en desplegar los más de 22 kilómetros de traca a lo largo del bulevar de Tulell, un área de expansión urbana de Alzira ya urbanizada pero sin apenas construcciones, y en las calles del entorno. El pirotécnico montó finalmente 23 tramos de mil metros, si bien la medición del notario, Federico Palasí, computó 22.360 metros, que se convertirán en el nuevo récord del mundo si finalmente se valida la marca. El presidente de la falla Albuixarres, José Colomer, auguró que habrá que esperar un largo tiempo hasta que se confirme —recordó que en el caso de Sueca se produjo tres años después— pero se mostró satisfecho y esperanzado: «Ha sido una traca espectacular, con un gran ambiente y ha salido todo muy bien», comentó, mientras recordaba que cuando la comisión de solidaridad de la falla planteó el proyecto fue el que más reparos puso al creer que sería «muy complicado». «Pero poco a poco se ha podido hacer», destacó. Colomer, con todo, recordó que la jornada de ayer era para la comisión «un acto más de solidaridad» ya que el objetivo principal del proyecto era colaborar con Aspanion.

Más de 4.000 € para Aspanion

El disparo de la traca puso el broche de oro a una jornada festiva y, a la espera de contabilizar gastos y beneficios de este último día, la presidenta local de Aspanion, Reme Abad, que fue la encargada de encender la traca junto a las falleras mayores de la comisión, estimó en más de 4.000 euros el donativo que la falla podría realizar.

La empresa alcireña que fabricó la traca, Pirotecnia Crespo, ya entró a principios de los noventa en el libro Guinness de los récords con la traca valenciana lineal más larga disparada en Carcaixent. Vicent Rodríguez recordó ayer que entonces se confeccionó una traca de 20 kilómetros de longitud que iba en altura —la de ayer se desplegó sobre el suelo— y a la que alguien prendió fuego cuando todavía se estaba montando. «Nos quemaron 7.000 metros por la noche y el récord se quedó en 13.500 metros», detalló.

«Nos hemos salvado de milagro, con tanta gente cruzando se podía cortar»

«Nos salvamos de milagro». La confesión se la realizaba el pirotécnico, Vicent Rodríguez, al presidente de la falla, José Colomer, cuando la kilométrica traca ya entraba en su recta final. El comentario se producía mientras comprobaba cómo cientos de personas iban cruzando de una calle a otra, en muchos casos por encima de la traca desplegada, con el peligro de que cualquier tropezón o pisotón acabara provocando un corte que, según destacó Rodríguez, no se produjo en ningún momento. «La traca estaba hecha a conciencia, pero había nervios porque daba miedo que la cortaran. Luego te piden perdón, pero ya te han hecho fracasar», comentaba Rodríguez, mientras explicaba que la traca se había fabricado con todo el esmero «porque sabes que todo el pueblo está pendiente de ti».